Tema: La efectividad de una iglesia está condicionada a la santidad de su liderazgo.
Base Bíblica:
Introducción: Decimos que una prenda de vestir está limpia cuando está libre de manchas, o que el oro es puro cuando ha sido refinado y se le ha quitado toda la escoria. De este modo podemos pensar en la santidad de Dios como la ausencia total de maldad en Él.
La iglesia no es un lugar donde se exhibe gente perfecta.
Hay mucha similitud entre la iglesia y un hospital.
Ya que la iglesia es un lugar de restauración.
Es un lugar donde los heridos, los lastimados, los quebrantados por el pecado pueden encontrar sanación a través del sometimiento a Dios.
Sin embargo, los líderes de las iglesias deben ser modelos para el resto de la congregación.
Porque la efectividad de una iglesia está condicionada a la santidad de su liderazgo.
Por supuesto, nadie es perfecto; y el líder no tiene que serlo para ser un ejemplo.
Pero el estilo de vida y el carácter de los líderes de la iglesia deben de estar alineados con los parámetros de santidad que Dios demanda en su palabra.
Nuestra declaración de fe en el punto numero 8 dice: Que la santidad inicial en la conversión a Cristo es un proceso de toda la vida, que requiere esfuerzo y dedicación ya que es la norma requerida de Dios para sus hijos.
En el versículo bíblico que leímos de
El Apóstol Pedro nos aclara que no podemos llegar a ser santos por nuestros propios esfuerzos, por lo que Dios nos da su Espíritu Santo para ayudarnos a ser obedientes y nos da poder para vencer el pecado.
No use la excusa de que no puede evitar cometer pecado.
Pídale a Dios que le ayude a ser librado de las garras del pecado.
Proposición: A través de este mensaje veremos algunas cosas que implican llevar a cabo para cultivar la santidad y así ser efectivos en las manos de Dios como líderes y congregantes en la iglesia.
Interrogante: ¿Cuáles?
Palabra Clave: Cosas
I.- Cosa que necesitamos para cultivar la santidad y así ser efectivos en las manos de Dios como líderes y congregantes en la iglesia, es que: Va implicar sacrificio.
Mi carne va a desear cosas hasta el día que este en el lecho de muerte
Pero yo no tengo que obedecer a mi carne.
Va implicar sacrificio…
II.- Cosa que necesitamos para cultivar la santidad y así ser efectivos en las manos de Dios como líderes y congregantes en la iglesia, es que: Va implicar renuncia.
Uno no puede ser un verdadero discípulo de cristo si no está totalmente dedicado a Dios.
Primero que nada, tengo que averiguar qué es lo que poseo para poder renunciar a ello.
Si pienso en mis pertenencias, supongo que sí tengo, pero solo se necesita de un incendio o un desastre para perderlas todas, por lo tanto, puedo perderlas sin que yo renuncie a ellas.
¿Qué hay de la familia y los amigos? A ellos también los puedo perder por algo tan pequeño como un virus o un accidente.
Si todo esto se tratara de mis posesiones externas, sería fácil renunciar a ellas y convertirse en un discípulo.
Entonces, ¿qué es lo que realmente poseo y a lo que Jesús quiere que renuncia para seguirlo? La única cosa que realmente poseo y que nadie me puede quitar, independientemente de mi situación exterior, son mis pensamientos, ideas y opiniones.
¡Me he dado cuenta que tengo una idea y una opinión para todo! Y pueden ser opiniones e ideas muy fuertes, sin importar lo que posea exteriormente.
¿Estoy dispuesto a renunciar a mis propias opiniones y escuchar lo que Jesús quiere decir?
III.- Cosa que necesitamos para cultivar la santidad y así ser efectivos en las manos de Dios como líderes y congregantes en la iglesia, es que: Va implicar sumisión a la voluntad de Dios.
La palabra sumisión no resulta agradable: conlleva en sí misma una posición desventajosa.
Es la sujeción a una voluntad ajena a la propia y eso se hace inconcebible para el ser humano educado fuera de las enseñanzas cristianas. Es casi como hablar de una esclavitud voluntaria.
El humano alejado de Dios puede pensar que un Dios que demanda sometimiento es algo parecido a un dictador o tirano.
De la comunión con Dios, que es el fruto de la sumisión a Su voluntad, solo pueden surgir cosas buenas para los creyentes.
IV.- Cosa que necesitamos para cultivar la santidad y así ser efectivos en las manos de Dios como líderes y congregantes en la iglesia, es que: Va implicar rendir cuenta a otra persona.
Una de las mayores mentiras del maligno es pensar que como cristianos podemos caminar solos—luchar con el pecado con nuestras propias fuerzas.
La confesión de pecado comienza con Dios. David clamó a Dios:
Nuestro pecado como cristiano es en última instancia una ofensa ante un Dios Santo. Debemos correr a Dios primero antes de reconciliarnos con los demás.
Pero también es importante confesar el pecado a otros creyentes.
Si necesitamos apoyo afectivo en nuestra lucha contra el pecado, debemos confesarlo a quienes pueden darnos ese apoyo.
Necesitamos ser muy pero muy selectivos en esto.
V.- Cosa que necesitamos para cultivar la santidad y así ser efectivos en las manos de Dios como líderes y congregantes en la iglesia, es que: Va implicar disciplina.
Por lo regular casi en todas las disciplinas una gran mayoría de gente tira toalla, se dan por vencidos, por supuesto en las disciplinas espirituales no hay excepción.
Como cristianos nos frustramos por no tener una vida de oración, de lectura bíblica y de evangelismo y nos damos por vencidos.
Y nos decimos, voy a volver a intentarlo hasta que lo sienta, hasta que lo desee y se conforman con leer la Biblia cuando se lee en la iglesia y con orar con lo que se ora en la iglesia los días domingos que asisten.
Las disciplinas espirituales no se tratan de hacerlas cuando sientas o tengas ganas, deben estar en primer lugar de tu escala de prioridades, si realmente quieres vivir una vida cristiana en victoria.
No dudé de mi fe, y no buscaba rebelarme contra Dios.
Todavía estaba seguro de ser su hijo, pero sentía mucha frustración con mi vida espiritual en general.
Abandonar la oración es pelear la batalla con nuestros propios recursos, en el mejor de los casos, y perder el interés en la batalla, en el peor de los casos.
Los cristianos que crecen son los cristianos que leen la Biblia y la aplican a su vida.
Hay gente cristiana que no tiene tema de conversación sobre Dios, no tienen visión pasión por la obra de Dios.
Es para mí una pérdida de tiempo, y no es que yo sea una persona que no le guste relajarse, bromear, los deportes, ciertas películas, etc.
Conclusión:
Cuando el liderazgo de una iglesia está en pecado las actividades continúan, la iglesia no se detiene.
Las actividades religiosas hacen creer a su liderazgo de que Dios no se ha apartado de esa iglesia.
El pueblo de Dios se acostumbra a vivir lleno de actividades, pero sin la presencia de Dios. Pero están contentos.
Si Dios retira su gloria de la iglesia el pueblo inconverso sufrirá las consecuencias.
¿De verdad quieres hacer la voluntad de Dios? ¿De verdad quieres ser santo?
Entonces, recuerda que ser santo es amar a Dios hasta el punto de hacer siempre lo que le agrada.
Hacer la voluntad de Dios es vivir el momento presente, pendientes de agradar a Dios, pensando siempre en cómo hacerlo feliz.
He ahí el punto clave: QUERER HACER FELIZ A DIOS.
Las cosas que miramos que necesitamos para cultivar la santidad y así ser efectivos en las manos de Dios como líderes y congregantes en la iglesia, son: I.- Sacrificio.
II.- Renuncia.
III.- Sumisión a la voluntad de Dios.
IV.- Rendir cuenta a otra persona.
V.- Disciplina.
Examen Incompleto
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Para su conveniencia las preguntas incompletas se han marcado con rojo.