¿Por qué debo bautizarme?
A.- Para seguir el ejemplo establecido por Cristo.
¿Fue bautizado Jesús Para ser salvo?
No, Él no necesitó ser salvado. Él era perfecto.
El bautismo no salva.
Es solo un acto de obediencia y un ejemplo que debemos seguir, como Cristo lo hizo.
El Bautismo es un Acto Simbólico de Muerte, sepultura y Resurrección a una nueva vida.
B.- Porque Cristo lo ordena.
Cristo manda que cada cristiano sea bautizado.
Muchas personas piensan, "Me bautizaré después de que haya crecido un poco más espiritualmente.
Después de que conozca más sobre la vida cristiana, entonces me bautizaré."
No, es correcto, lo correcto es que o después de que ha tomado la decisión para seguir a Cristo y se le enseña lo que significa el bautismo usted debe de bautizarse.
Después pasara el resto de su vida creciendo como un cristiano.
C.- Esto demuestra que realmente soy un creyente.
La Biblia dice:
El bautismo no le hace un cristiano, Sólo demuestras que eres ya un cristiano.
Un anillo de boda no me hace casado, es un símbolo de un compromiso que hice y eso me hizo casado, ese compromiso es lo que me hace casado, no el anillo.
Si se me perdiera mi anillo, yo todavía soy casado.
Lo que esto es, es un símbolo exterior de un compromiso interior.
Eso es lo que el bautismo es.
El bautismo no lo hace cristiano.
Es sólo un símbolo exterior de un compromiso interior.
Es tu compromiso a Cristo que te salva.
El bautismo sólo dice al mundo, "No estoy avergonzado de decirle al mundo entero lo que me pasa a mí. Yo le he dado mi vida a Cristo."
Hace tiempo que un muchachito le preguntó a su pastor, "Pastor, ¿cuándo puedo anunciarme que me voy a bautizar?" Me gusta eso. Eso es lo que es el bautismo. El bautismo es un anuncio por Jesús. Está diciendo, "No me avergüenzo de Jesucristo." Jesús dijo:
¿Cómo demuestra usted que es cristiano? Usted obedece sus mandamientos.
Uno de sus primeros mandamientos es, sé bautizado.
El bautismo hace dos cosas.
A) Ilustra la sepultura y resurrección de Cristo.
"Cristo murió por nuestros pecados.
Fue sepultado y resucitó."
La Biblia dice: "Mediante el bautismo usted fue sepultado con Cristo y en el bautismo resucitó también con Cristo-sumergiendo a toda la persona bajo el agua.
Es símbolo de un entierro y resurrección.
Así como Jesucristo fue muerto y sepultado en la tierra durante tres días y entonces resucitó.
B) El bautismo ilustra mi nueva vida cómo cristiano.
Cuando alguien se vuelve un cristiano, él es una nueva persona interiormente.
La vieja vida ha fallecido y una nueva vida ha empezado.
"En la Biblia, no había ninguna tal cosa como una persona reclamando ser un cristiano sin ser bautizado. Era automático. Usted era bautizado en cuanto entregaba su vida a Cristo.
Hay muchas formas de bautismo. Algunas iglesias rocían un poco de agua en la frente. Algunas vierten un poco de agua.
Algunas le zambullen un poco.
Otras iglesias lo sumergen todo debajo del agua.
¿Por qué debo bautizarme por inmersión?
¿A) Porque Jesús fue bautizado de esa manera.
Nosotros queremos hacerlo de la manera que ellos lo hicieron en la Biblia.
Él bajó al río Jordán. Juan el Bautista lo bautizó en el río. Él puso el ejemplo.
B) Cada bautismo en la Biblia fue por inmersión.
C) Porque la palabra "Bautizar" literalmente significa "sumergir bajo el agua."
La palabra griega baptisma (βάπτισμα) significa, sumergir bajo el agua.
D) Aun mejor, simboliza un entierro y resurrección.
Los fundadores de la mayoría de las denominaciones están de acuerdo sobre esto.
¿Quién debe bautizarse?
Cada persona que ha creído en Cristo.
Nosotros, esperamos hasta que nuestros niños tienen la suficiente edad para creer y entender el verdadero significado del bautismo, antes de que los bauticemos.
Hay sólo una condición en la Biblia para ser bautizado.
Usted tiene que creer en Cristo.
Obviamente usted tiene que ser bastante maduro para entender lo que está ocurriendo.
El propósito es confesar públicamente su compromiso personal con Cristo.
En nuestra iglesia, es un requisito de la membresía, para poder ser miembro debe de ser bautizado de la manera que Jesús lo demostró.
¿Cuándo debe bautizarse?
En cuanto sea un creyente y comprenda la importancia del bautismo.
Quizá ha sido creyente durante algún tiempo, pero no comprendió cuán importante era. Jesús dijo:
Y el bautismo es un mandamiento de Jesús.
¿Hay algunas preguntas comunes referentes al bautismo en agua.
¿Puede mi familia bautizarse junto conmigo?
Sí. Si cada miembro de la familia se ha convertido a Cristo y entiende el significado del bautismo.
¿El bautismo es un sacramento?
Nosotros no llamamos al Bautismo sacramento.
No los llamamos así porque la palabra sacramento significa que salva.
Nosotros no creemos que el bautismo salve.
La Biblia dice que son símbolos de tu salvación, no cosas que te salvan.
Así que, técnicamente no es un sacramento.
Le llamamos al bautismo en agua ordenanza porque fue ordenado por Cristo.
¿Debo bautizarme en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo o solo en el nombre de Jesús?
Debes bautizarte en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, porque así lo ordena Jesús.
¿Para poder entender por qué nosotros nos bautizamos en el Nombre del padre del Hijo y del Espíritu Santo en vez de solo en el nombre de Jesús, tenemos que remontarnos a la historia bíblica y entender quiénes fueron los prosélitos.
¿Habiendo visto el pueblo hebreo el próspero reinado de David, y luego la decadencia bajo el gobierno de sus hijos, esperaban la venida de un rey que tuviese su trono «para siempre», el cual volvería a traer paz y prosperidad al pueblo.
Durante la época inmediata después de David (900–700 a.C.), el pueblo hebreo esperaba que cada nuevo rey mostrara las características de un «ungido de Dios».
Pero con el fracaso sucesivo de los distintos reyes, se comenzó a proyectar esa esperanza más hacia el futuro.
Ante cada calamidad de Israel, se esperaba un pronto auxilio de Dios mediante su Mesías.
La «esperanza mesiánica» consistía en esperar que Dios, con su Mesías como instrumento, estableciera para siempre a su pueblo.
Se clamaba por un futuro glorioso donde el Mesías sería figura prominente.
Alguien que traería la liberación y ante quien cualquier resistencia, por parte de sus enemigos, sería anulada por ser el Mesías invencible.
Se puede decir que la esperanza sobre el Mesías en el tiempo que nació Jesús estaba dividida en dos conceptos principales.
El primero mostraba un Mesías político.
El segundo concepto presentaba un Mesías en parte humano y en parte divino que podría por lo tanto establecer el Reino de Dios sobre la tierra.
Cuando Jesús nació en Belén, Roma dominaba el territorio comprendido entre el Atlántico y el Éufrates y desde Bretaña en el norte hasta el Sahara en el sur.
Primeramente, como república y después como imperio, Roma extendía su dominio sobre los estados conquistados, los cuales pasaban a ser gobernados por procuradores romanos, o por medio de dinastías indígenas, imponiendo obligaciones fiscales que debían ser administradas por oficiales designados para tal efecto.
La tendencia en el tiempo de Jesús fue de esperar un Mesías político que vendría a liberar a su pueblo.
De tal modo que la persona del Mesías y su obra habían adquirido para ese entonces en la mentalidad judía, oscurecida por prejuicios racionales y religiosos, un carácter totalmente erróneo.
Cuando Jesús aparece y comienzan a llamarlo Mesías, tiene ante sí el resultado de una mezcla de conceptos en la que predomina el del Mesías político.
En pocas palabras el pueblo judío esperaba que Jesús iniciara una rebelión política y los liberara del yugo de los romanos.
El reino de Jesús no era físico o político sino espiritual.
Él dijo a los judíos:
Los judíos nunca entendieron que Jesús venía a libertarlos del pecado, del autoengaño y del engaño de Satanás.
Él les mostraba claramente el camino a la vida eterna con Dios, pero ellos no querían eso, ellos simplemente querían ser liberado del yugo del imperio romano y continuar con su estilo de vida religioso pero pecaminoso.
Jesús recibe el título de Mesías.
A través de los Evangelios Sinópticos solo hay tres ocasiones en las que conscientemente se le da el título de Mesías (Marcos 8.29; 14.61; 15.2), y en los tres pasajes se ve que, si bien no lo rechaza, tampoco lo adopta para su uso común. No lo hace, sin embargo, por no tener el derecho de usarlo, sino debido a la connotación política y vengativa que encerraba dicha distinción.
Jesús prefiere llamarse el Hijo del Hombre, que es también un título mesiánico, ya que Él es el Siervo sufriente (Marcos 8.31; y 10.43–45).
Jesús tenía plena conciencia de su mesianismo, y por ello toma el nombre de una de las figuras esperadas por los judíos que se adaptaba más al papel que representaría en la pasión.
Lo paradójico fue que Jesús, quien durante su ministerio manifiesta bastante reserva para usar el título de Mesías, legalmente es condenado por ser el Mesías (Juan 19:19).
Para los cristianos primitivos lo que más destacaba a Jesús como el Mesías no era su actuación como rey (Mateo 21.1–11), sino su actuación como persona poseída por el Espíritu Santo (Lucas 4.18).
Entre el Espíritu Santo y el Mesías hay una íntima comunión.
En la comisión dada por Cristo antes de su ascensión, con instrucciones a los discípulos sobre ir por todo el mundo con su mensaje, hizo referencia concreta al bautismo
Es significativo que el nombre sea uno, pero que dentro de los límites de ese único nombre haya tres Personas claramente diferenciadas.
La Trinidad como tri-unidad no podría expresarse de modo más claro.
¿Ahora que pasa con el bautismo del libro de los hechos.
¿Pareciera ver que hay un conflicto, una contradicción en estos pasajes, ya que un pasaje dicho por Jesucristo mismo dice esto.
Y el libro de los hechos dice referente al bautismo:
No hay ningún conflicto entre estos pasajes, o entre Jesús y sus Apóstoles en cuanto a la manera de cómo se debe bautizar la persona.
Hay que recordar que los judíos rechazaron a Jesús como el Mesías porque sabían que sus padres eran José y María, porque ellos no sabían que en realidad José era su padrastro, y cuando el confesó ser el Mesías lo mataron.
Pero después que resucito y antes ascender a los cielos el dio este mandato referente al bautismo:
La gran mayoría de las naciones no sabían lo que es completamente nada de quien era el Padre, quien era el Hijo ni quién era el Espíritu Santo.
Como por ejemplo la gente de Estados Unidos, o sea las diferentes tribus de indios, antes de la llegada de los Ingleses a estas tierras, las tribus oriundas de aquí nada sabían referente al Dios de Israel, ellos eran idolatras, adoraban deidades paganas y muchas tribus les ofrecían a sus dioses sacrificios humanos, así que cuando los colonos evangelizaron a los indios tuvieron que enseñarles sobre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y bautizarse en el Bautismo que es para las naciones no judías que Jesús manda en (Mateo 28:19).
Ahora en el caso de los otros pasajes que hablan sobre el bautismo que debe de ser solo en el nombre de Jesús, no hay ningún conflicto con el de (Mateo 28:19) Ya que los judíos si sabían quién es el Padre y también el Espíritu Santo, pero hay que recordar que a Jesús lo mataron porque él dijo que era el Mesías, el Hijo de Dios, Dios mismo, de manera que cada judío que se convertía a Jesús tenía que confesar públicamente a Jesús como Hijo de Dios, y no era necesario bautizarse en el nombre del Padre ni del Espíritu Santo por que los judíos nunca los rechazaron a ellos como parte de la trinidad, a quien rechazaron fue a Jesús.
Tal vez algún unitario argumente, pero ni el centurión, ni Cornelio, ni muchas más personas que el libro de los hechos registra que se bautizaron en el nombre de Jesús eran judíos, y si tiene razón, no eran judíos, pero eran prosélitos, por lo tanto, tenían el mismo conocimiento que un judío tenía respecto a Dios, y era por esa razón que también tenían que bautizarse solamente en el nombre de Jesús.
De manera que las personas que no son judíos y que solo se bautizan en el nombre de Jesús, están en un bautismo erróneo, fuera de contexto, ya que el bautismo para cualquier nación fuera de Israel debe de ser en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Definición de un Prosélito (en griego, agregado, el que se acerca). Término que llegó a denominar al convertido de una religión a otra.
En la Septuaginta se usa en el sentido de «forastero» o «Extranjero»; aquel que sin ser judío moraba en Israel y merecía un trato bondadoso podemos ver ejemplos en (Levítico 19:33; Jeremías 22:3).
A pesar de sus muchos privilegios, inclusive religiosos, el forastero no podía celebrar la Pascua sin ser previamente circuncidado (Éxodo 12.48).
Esta legislación representaba los primeros pasos hacia una actitud más abierta con los que no eran israelitas de nacimiento.
Hasta el tiempo del cautiverio y de la Dispersión, parece que los judíos toleraban a los extranjeros, pero no hacían ningún esfuerzo por incorporarlos al judaísmo.
Pero para fines del siglo IV a.C. la actitud había cambiado, quizá porque en su dispersión los judíos convivieron con pueblos gentiles desconformes con su propia religión.
Algunos manifestaban el deseo de saber más de la religión hebrea, la cual les parecía superior.
Poco a poco los judíos comenzaron a fraternizar con estos interesados y a indicarles cómo seguir las pautas morales y participar en la adoración de Jehová.
El término «prosélito» comenzó, entonces, a aplicarse a una persona de otra religión y raza que había adoptado la moral y la fe de los judíos.
No todos los líderes israelitas estaban contentos con la admisión de los gentiles; algunos se burlaban de los prosélitos que se judaizaban por motivos sentimentales, económicos, políticos o supersticiosos.
Antes de la era cristiana había dos clases de prosélitos.
A) Unos eran los «de la puerta» (Éxodo 20:10), es decir, los simpatizantes que guardaban la moral hebrea y adoraban a Jehová, pero sin circuncidarse ni adoptar todo el ritual judío.
A esta clase pertenecían probablemente los griegos mencionados en Juan 12:20, Cornelio (Hechos 10) y otras personas llamadas «devotas» y «temerosas de Dios» (Hechos 13:16; 18:7).
B) La otra clase de prosélitos eran los «de la justicia».
o sea, los que aceptaban todo el «yugo» de la religión hebrea y se habían sometido a la Circuncisión, la inmersión en agua, y luego la presentación de un sacrificio.
Teóricamente, cuando el prosélito cumplía con estos requisitos era considerado como judío de nacimiento, pero en la práctica triunfaba muchas veces el exclusivismo de los «circuncidados al octavo día» Filipenses 3:5, que se creían el pueblo escogido por la sola razón de haber nacido israelitas.
Por ejemplo, los prosélitos podían asistir a los cultos en el templo, pero no debían entrar más allá de los atrios destinados para ellos.
Jesucristo reprochó el tipo de proselitismo practicado por algunos Fariseos (Mateo 23:15), cuyo afán de hacer adeptos produjo «convertidos» más fanáticos e intolerantes que los mismos judíos.
Lejos de ser una misión evangelizadora, esta actividad reclutaba a las personas por medio de la propaganda religiosa.
Las palabras de Jesús posiblemente indican que estos prosélitos no eran numerosos.
No obstante, muchos prosélitos menos rigurosos y muchos temerosos de Dios se agregaron al número de la iglesia cristiana gentil, porque los primeros misioneros hallaron en ellos un terreno preparado para el evangelio (Hechos 13:16,43; 16:14s; 17:4; 18:7).
Es mi deseo y oración a Dios que hayas podido entender por qué razón nosotros nos bautizamos en el Nombre del padre del Hijo y del Espíritu santo en vez de solo en el nombre de Jesús.
Y muchas felicidades si decidiste bautizarte en el Nombre del padre del Hijo y del Espíritu santo.
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