Un buen líder estimula a los demás a que le digan lo que necesita saber, no lo que quiere oír.
—John C. Maxwell—
Muchas personas que son lideres en la iglesia no tienen la habilidad de escuchar.
La gran mayoría de los problemas de comunicación viene de no saber escuchar.
En esta lección numero 11 se te enseñará algunas cosas para que aprendas a escuchar.
1. mantener tu oído abierto
Cuando interactúes con las personas que están bajo tu liderazgo no te límites solo a tratar asuntos relacionados con deberes y responsabilidades, toma tiempo para conocerlos como las personas que son.
Si tienes el hábito de escuchar solo a los hechos y no a la persona que los expresa, cambia tu enfoque y escucha realmente a quien te está hablando.
Santiago con sabiduría nos aconseja que hablamos poco, ya que cuando hablamos mucho oímos poco, y cuando hablamos mucho comunicamos a los demás que nuestras ideas son mucho más importantes que la de ellos.
Cuando alguien conversa con usted, ¿percibe esa persona que son valiosos sus puntos de vista y sus conceptos?
También nos dice que el enojo que surge en nosotros cuando nos sentimos heridos de nuestro ego no obra la justicia de Dios.
«Me siento herido», «No se oyen mis opiniones». Cuando hay injusticia y pecado, debemos enojarnos porque otros son heridos.
No debemos enojarnos cuando no ganamos una discusión o cuando sentimos que fuimos ofendidos o que no se nos tomó en cuenta.
El enojo egoísta nunca ha ayudado a nadie.
2. Sal de la trampa de tus propias ideas.
Muchos los líderes en las iglesias están atrapados en sus propias ideas a tal grado que nunca oyen las preocupaciones, quejas y sugerencias de los que están bajo su liderazgo.
Para los buenos líderes es prioritario mantenerse en contacto con las personas a quienes sirven.
3. aprender de lo que el otro está haciendo.
La triste realidad es que cuando un líder ve a otra iglesia como competencia, centra su atención en sí mismo y cómo superar lo que la otra iglesia esta haciendo, olvidando aprender de lo que la otra iglesia está haciendo.
Como líder no debes basar tu quehacer en lo que otro está haciendo, sino que debes escuchar y aprender lo que puedas para mejorar tú.
4. Aprende de líderes que tienen más experiencia que tú.
Ningún líder es tan sabio o experimentado que pueda darse el lujo de carecer de un consejero.
El líder aprende mucho de líderes que tienen más experiencia que él.
Si todavía no tienes un consejero, sal y busca uno.
Si no puedes encontrar a alguien que te ayudé personalmente, lee libros, incluso aun que tengas un consejero debes de leer libros.
Para mejorar tu hábito de escuchar, haz lo siguiente:
• Dedica tiempo a escuchar a las personas que están bajo tu liderazgo.
Programa un tiempo para escuchar a las personas que están bajo tu liderazgo ya sea diaria, semanal o mensualmente.
• Busca algo en común con las personas que están bajo tu liderazgo.
Una clave para ser un buen «escuchador» es buscar algo en común con las personas.
disciplínate para preguntarle cuatro o cinco cosas sobre él como persona.
Llega a saber quién es, y busca algo en común para comenzar tu relación con él.
• No ignores el contenido emocional de las personas que están bajo tu liderazgo.
Cuando interactúes con las personas no ignores el contenido emocional.
A veces se puede aprender más de lo que realmente sucede al leer entre líneas.
Emplea tiempo durante los días y semanas siguientes para escuchar con el corazón.
Reflexionemos
¿Eres un buen oyente?
¿Cuándo fue la última vez que le prestaste atención a las personas y a lo que tienen que decir?
Haz más que solo aferrarte a los hechos, comienza a escuchar no solo palabras sino sentimientos, intenciones y tendencias.