A la gente no le importa cuánto sabes, hasta que saben cuánto te interesan.
—John C. Maxwell
La habilidad de trabajar con la gente y desarrollar relaciones es absolutamente indispensable para un líder efectivo.
De acuerdo con un ejemplar de la revista Executive Female de mayo de 1991, se hizo un estudio entre los empleadores en el que les pedían las tres características más importantes que deseaban que tuvieran sus empleados.
La característica que encabezaba la lista era la habilidad de relacionarse con las personas: 84% respondió que buscaban buenas habilidades interpersonales.
Solo 40% anotó educación y experiencia en sus primeras tres.
Si los empleados necesitan buenas habilidades para relacionarse con la gente, cuánto más necesarias serán para los líderes.
Se puede tener habilidades para relacionarse con la gente y no ser un buen líder, pero no se puede ser un buen líder si no se tiene habilidades para relacionarse con la gente.
Puedes desarrollar algunas cosas como líder para poder relacionarte con las personas:
1.- Debes estar más dispuesto a escuchar que hablar.
Un buen líder siempre está más dispuesto a escuchar que a hablar.
Son personas seguras, tranquilas, equilibradas.
No sienten la necesidad de alardear sobre sus logros, sino que están más interesados en escuchar a sus interlocutores, saber qué hacen y por qué lo hacen.
Por el contrario, los líderes novatos buscan ser escuchados, quieren mostrar sus medallas, como si impresionar a otros les fuera a demostrar que son buenos líderes.
Si quieres ser un buen líder, presta tu oído a escuchar y si en una conversación no se te da la oportunidad de hablar de ti, no te preocupes, la otra persona se habrá sentido muy a gusto contigo, y seguramente buscará volver a contactarte para saber más de ti y lo que haces.
Tu habrás quedado satisfecho de haberte conectado y haber creado conexiones que transcienden.
2. Ten corazón de líder, ama a la gente.
Ser un líder es más que querer dirigir.
Los líderes tienen empatía por otros ( Dic. empatía: Identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro.)
y una aguda habilidad de encontrar lo mejor en las personas … no lo peor … al preocuparse verdaderamente por ellos».
Quien no ame a la gente no puede ser un líder verdaderamente efectivo, del tipo que la gente quiere seguir.
El ser humano está aquí para el bien de otros seres humanos».
3. Extiende una mano de líder, ayuda a la gente.
La gente respeta a un líder que tiene en cuenta sus intereses. Si tú te concentras en lo que puedes poner en la gente en vez de en lo que puedes obtener de ellos, te amarán y respetarán; y esto crea una gran base para establecer relaciones.
Para mejorar tus relaciones haz lo siguiente:
• Mejora tu mente.
Si tu habilidad necesita mejoramiento, comienza leyendo varios libros sobre el tema.
Luego dedica más tiempo a observar y hablar con la gente para aplicar lo que aprendiste.
• Fortalece tu sensibilidad.
Si como debería ser no te preocupan demasiado los demás, necesitas quitar la atención de ti mismo. Haz una pequeña lista de cosas que podrías hacer para añadir valor a tus amigos y colegas. Trata de hacer una de ellas cada día. No esperes hasta sentirte así para ayudar a otros. Actúa a su manera con sus sentimientos.
• Corrige una relación dolorosa.
Piensa en alguna relación valiosa a largo plazo que se haya opacado.
Haz lo que puedas por repararla.
Ponte en contacto con la persona y trata de reconectarte.
Si habías fallado, asume tu responsabilidad y discúlpate. Trata de entender mejor, amar y servir a esa persona.
En un cuento corto titulado: «El Capitolio del mundo», Ernest Hemingway, ganador del Premio Nobel, cuenta de un padre y su hijo adolescente, Paco, cuyas relaciones se habían roto. Después que el hijo huyó de la casa, el padre comenzó un largo viaje en busca de él. Finalmente, y como último recurso, puso un anuncio en el periódico local en Madrid, en el que decía: «Querido Paco, reúnete conmigo frente a la oficina del periódico mañana al mediodía … todo está perdonado … te amo». A la mañana siguiente, frente a la oficina del periódico había 800 hombres llamados Paco, que deseaban restaurar una relación rota.
Nunca subestimes el poder de las relaciones en las vidas de las personas.
Reflexionemos
¿Cómo es tu habilidad de relacionarte con las personas?
¿Eres capaz de mantener las relaciones?
Si tus habilidades relacionales son débiles, tu liderazgo siempre sufrirá.