El valor de un gran líder para cumplir su visión viene de la pasión, no de la posición.
—John C. Maxwell—
Para un líder, la visión es todo. Es absolutamente indispensable.
¿Por qué? porque es la visión la que lo que guía.
Es ella la que marca la meta. Enciende y alimenta el fuego dentro de él, y lo lleva hacia adelante.
También es el encendedor para otros que siguen a ese líder.
Un líder sin visión no va a ningún lugar y en el mejor de los casos, viaja en círculos.
Para conocer algo de visión y como esta forma parte de la vida de un buen líder, debemos entender estas cosas:
1. La visión comienza adentro.
La visión no se puede comprar, mendigar, ni pedir prestada. Tiene que venir de adentro. Para un líder de Dios la visión nunca debe de ser un problema.
Debido a su creatividad y búsqueda de la excelencia, siempre mirara lo que puede llegar a ser y verse en un futuro.
Si careces de visión, mira dentro de ti.
Saca tus deseos y dotes naturales.
Mira a tu llamado, si tienes uno.
Si todavía no sientes una visión propia, piensa en la posibilidad de conectarte con un líder cuya visión esté en consonancia con la tuya y hazte su compañero y Juntos hagan un equipo increíble conforme a la voluntad de Dios.
2. La visión proviene de tu historia.
La visión no es una cualidad mística que viene de un vacío, como algunas personas parecen creer.
Esta brota del pasado de un líder y de la historia de la gente que lo rodea.
Habla con cualquier líder y es probable que descubras sucesos claves en su pasado que fueron instrumentales en la creación de su visión.
3. La visión enfrenta las necesidades de otros.
La verdadera visión es de largo alcance.
Va más allá de lo que un individuo puede lograr, y si tiene verdadero valor, hace más que solo incluir a otros; les añade valor.
Si tienes una visión que no sirve a otros, probablemente sea demasiado pequeña.
4. La visión ayuda a conseguir recursos.
Uno de los más valiosos beneficios de la visión es que actúa como un imán; atrae, reta y une a la gente.
También reúne dinero y otros recursos.
Mientras más grande sea la visión, mayor el potencial de atraer a más ganadores.
Mientras más desafiante sea la visión, más duro lucharán los participantes por lograrla.
Edwin Land, el fundador de la Polaroid, aconsejó, «Lo primero que debes hacer es enseñar a la persona a sentir que la visión es muy importante y casi imposible. Esto es lo que da impulso a los ganadores».
¿De dónde viene la visión?
Para encontrar la visión que es indispensable para el liderazgo, tienes que convertirte en un buen oyente, tienes que escuchar varias voces.
1.- La voz interior.
Como ya dije, la visión comienza adentro. ¿Sabes cuál es la misión de tu vida? ¿Qué agita tu corazón? ¿Con qué sueñas? Si lo que sigues en la vida no viene de un deseo interno; de las profundidades de lo que eres y de lo que crees, entonces no serás capaz de lograrlo.
2.- La voz de la insatisfacción.
¿De dónde viene la inspiración para las grandes ideas? De saber qué es lo que no funciona.
Estar descontento con el estado de las cosas es un gran catalítico para la visión.
¿Te dejas llevar con complacencia por la inercia? ¿O estás ansioso por cambiar tu mundo?
Ningún gran líder en la historia ha luchado para evitar el cambio.
3.- La voz del éxito.
Nadie puede lograr grandes cosas solo.
Para hacer realidad una gran visión, necesitas un buen equipo.
También necesitas un buen consejo de alguien que vaya delante de ti en el viaje del liderazgo.
Si quieres llevar a otros a la grandeza, búscate un consejero.
¿Tienes un consejero que pueda ayudarte a aguzar tu visión?
4.- La voz más alta.
Aunque es cierto que tu visión tiene que venir de adentro, no debes dejarla confinada por tus capacidades limitadas.
Una visión verdaderamente valiosa tiene que tener a Dios en ella.
Solo Él conoce todas sus capacidades.
Cuando has buscado tu visión, ¿has mirado más allá de ti, incluso más allá del tiempo de tu vida?
Si no, puedes estar perdiendo tu verdadero potencial y lo mejor de tu vida.
Para mejorar tu visión, haz lo siguiente:
• Mídete.
Si has pensado previamente en tu visión para tu vida y la has enunciado claramente, mide cuán bien la estás llevando a cabo.
Habla con varias personas claves, tales como tu cónyuge, un amigo de confianza y empleados claves, y pídeles que digan lo que piensan que es tu visión.
Si la pueden describir, entonces es probable que la estés viviendo.
• Escríbela.
Si has pensado en tu visión, pero nunca la has escrito, tómate el tiempo para hacerlo hoy.
Escribir clarifica tu pensamiento.
Una vez que la hayas escrito, evalúa si es digna de lo mejor de tu vida.
Entonces dedícate a ella con todas tus fuerzas.
• Haz un chequeo de tu ánimo.
Si no has trabajado mucho en tu visión, pasa las próximas semanas o meses pensando en esto.
Considera lo que realmente te impacta a nivel de tu ánimo.
¿Qué te hace llorar?
¿Qué te hace soñar?
¿Qué te da energía?
Piensa también en lo que te gustaría ver cambiar en el mundo que te rodea.
¿Qué ves que no es, pero puede ser?
Una vez que tus ideas se vayan aclarando, escríbelas y habla a un consejero sobre ellas.
Podemos ser líderes de grandes proyectos que al final se desvanecerán, si no están de acuerdo con la visión de Dios.
La ausencia de una verdadera visión no solo hará fracasar al líder, sino que provocará resultados negativos en el pueblo.