Si ves a un hombre pequeño con un bigote corto, con un bastón, pantalones bombachos, zapatos grandes y torpes y un sombrero de hongo, inmediatamente sabrás que se trata de Charlie Chaplin.
Casi todo el mundo lo reconoce. En los años entre 1910 y 1920 era la persona más famosa y reconocible del planeta.
Cuando Chaplin nació, nadie le hubiera predicho tanta fama.
Nacido en la pobreza dentro de un matrimonio de músicos ingleses, se encontró en la calle desde muy pequeño cuando su madre fue internada en una institución para enfermos mentales.
Después de años en asilos y orfanatos, comenzó a trabajar en el teatro para sobrevivir.
Cuando Chaplin tenía diecisiete años de edad ya era un actor veterano.
En 1914, cuando estaba en la mitad de la década de sus veinte, trabajó para Mack Sennett en los estudios Keystone en Hollywood ganando 150 dólares a la semana. Durante ese primer año en el negocio de la cinematografía hizo treinta y cinco películas, trabajando como actor, escritor y director. Todos reconocieron su talento de inmediato y su popularidad creció.
Un año más tarde, ganaba 1250 dólares a la semana. En 1918 hizo algo sin precedente: firmó el primer contrato de un millón de dólares de la industria del entretenimiento.
A los veintinueve años de edad era rico, famoso y el productor de películas más poderoso del mundo.
Chaplin tuvo éxito porque tenía un gran talento y un empuje increíble.
Pero esas características eran alimentadas por la habilidad para aprender.
Continuamente se esforzaba por crecer y perfeccionar su arte.
Aun cuando era el actor más popular y mejor pagado del mundo, no estaba satisfecho con lo que había logrado.
En una entrevista explicó su deseo de mejorar:
Cuando estoy viendo alguna de mis películas presentadas a una audiencia, siempre pongo mucha atención a lo que no los hace reír.
Si, por ejemplo, varias audiencias no se ríen en un acto que para mí es cómico, inmediatamente comienzo a desmenuzar ese fragmento para descubrir qué estaba equivocado en la idea o en su ejecución.
Si oigo un ligero murmullo de risa por algo que yo no esperaba que fuera gracioso, me pregunto por qué esa parte en particular produjo risas.
Ese deseo de crecer lo hizo exitoso económicamente y le produjo un alto nivel de excelencia para todo lo que hacía.
En esos primeros días, el trabajo de Chaplin fue aclamado como entretenimiento maravilloso.
Con el paso del tiempo fue reconocido como un genio cómico.
Hoy en día muchas de sus películas son consideradas obras maestras y él es apreciado como uno de los más grandes productores de todos los tiempos.
Si cuando alcanzó el éxito Chaplin hubiera sustituido su habilidad de aprender por la autosatisfacción arrogante, su nombre hubiera sido como muchas estrellas de cine momentáneas que pronto se olvidan.
Pero Chaplin se mantuvo creciendo y aprendiendo como actor, director y algunas veces ejecutivo de películas.
Los líderes enfrentan el peligro de sentirse satisfechos con el statu quo. Después de todo, si un líder ya posee influencia y ha logrado un nivel de respeto, ¿para qué querer seguir creciendo?
Cinco pautas que nos ayudarán a cultivar y mantener una actitud de aprendizaje permanente:
1. Pauta que te ayudará a cultivar y mantener una actitud de aprendizaje permanente es:
Curarte de la enfermedad que dice que no tienes la habilidad para aprender.
Irónicamente, con frecuencia la falta de habilidad para aprender tiene sus raíces en los logros.
Erróneamente, algunas personas creen que, si pueden alcanzar una meta en particular, ya no tienen que crecer más.
Esto puede ocurrir con casi todo: ganar un grado académico, alcanzar una posición deseada, recibir un reconocimiento o lograr un objetivo financiero.
El día que dejen de crecer ese es el día de la pérdida de su potencial; y el potencial de la iglesia o de la organización.
El Apóstol Pablo estaba contento porque pudo ver la vida desde la perspectiva de Dios.
Se concentró en lo que se suponía que debía hacer, no en lo que sintió que debía tener.
Tenía sus prioridades definidas y estaba agradecido por cada cosa que Dios le había dado.
Pablo se había despegado de las cosas no esenciales a fin de poder concentrarse en lo eterno.
Así él se curó de la enfermedad de no tener habilidad para no aprender.
¿A qué se siente atraído cuando siente un vacío interior?
2. Pauta que te ayudará a cultivar y mantener una actitud de aprendizaje permanente es:
Supera tu éxito.
Otra ironía de no estar siempre aprendiendo es que con frecuencia el éxito lo impide.
Los líderes efectivos saben que lo que los llevó allí no los mantendrá allí.
Si has tenido éxito en el pasado, ten cuidado.
Considera esto: si lo que hiciste ayer todavía te parece grande, no has hecho mucho hoy.
3. Pauta que te ayudará a cultivar y mantener una actitud de aprendizaje permanente es:
No tomar atajos.
Por casi todo en la vida se paga un precio. Cuando desees crecer en una esfera particular, analiza lo que realmente costará, incluyendo el precio, y entonces decide pagarlo.
4. Pauta que te ayudará a cultivar y mantener una actitud de aprendizaje permanente es:
Deshazte de tu orgullo.
Tener una disposición a aprender requiere admitir que no lo sabemos todo, y eso nos puede hacer lucir mal.
Además, si nos mantenemos aprendiendo, también seguiremos cometiendo errores.
El mayor error que uno puede cometer en la vida es estar temiendo continuamente que va a cometer un error cuando esta uno aprendiendo.
No se puede ser orgulloso y estar aprendiendo al mismo tiempo.
5. Pauta que te ayudará a cultivar y mantener una actitud de aprendizaje permanente es:
Nunca pagues dos veces por el mismo error.
El que no se equivoca, no progresa. Esto es cierto.
Pero el líder que sigue cometiendo los mismos errores, tampoco progresa.
Como líder dispuesto a aprender, cometerás errores, olvídalos, pero recuerda siempre qué fue lo que te enseñaron.
Si no lo haces, pagarás por ellos más de una vez.
Pablo usa la imagen de una carrera para describir la vida cristiana.
Esta imagen de una carrera era una de las ilustraciones más favoritas del apóstol Pablo.
Para él es una carrera que demanda seguir las reglas y disciplina para poder terminar y así obtener un galardón.
Los gálatas estaban corriendo la carrera espiritual muy bien.
Cuando Pablo los dejó, ellos estaban siguiendo el evangelio que se les encomendó, pero enseguida que el Apóstol se fue, vinieron los maestros falsos para estorbarlos.
John C Maxwell cuenta que cuando era un muchacho y crecía en la zona rural de Ohio, vio un letrero en una tienda de alimentos que decía: «Si no le gusta la cosecha que recoge, revise la semilla que siembra».
Aunque el letrero era un anuncio para las semillas, contenía un principio maravilloso.
¿Qué clase de cosecha estás recogiendo?
¿Parecen tu vida y liderazgo mejorar día tras día, mes tras mes, año tras año?
¿O luchas constantemente solo para mantener tu terreno?
Si para este tiempo en tu vida no te encuentras en el lugar que esperabas estar, tu problema puede ser falta de disposición para aprender.
¿Cuándo fue la última vez que te hiciste vulnerable al meterte en algo para lo cual no eras un experto?
Conclusión:
Intenta aprender algo nuevo. Abandona tu rutina hoy y haz algo distinto que te obligue mental, emocional o físicamente.
Los retos nos cambian para bien. Si realmente quieres empezar a crecer, haz de los nuevos retos parte de tu actividad diaria.
Lee de seis o a doce libros de liderazgo al año o escucha audio libros sobre liderazgo o sobre tu campo de especialidad.
Continuar aprendiendo en un área donde ya eres un experto evita que te agotes y te conviertas en alguien que no aprende.