La ciencia de la oración.
En estos días postreros es un fundamento de victoria tener conocimiento profundo de lo que la oración eficaz envuelve, y ponerlo en práctica con desesperación.
La opresión del diablo se vuelve cada día más profunda contra la Iglesia del Señor y es necesario orar más, en forma más espiritual y poderosa.
Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.
La oración es: Comunión con el Padre, no es una fórmula, no es mecánico, no de memoria.
Es una conversación cara a cara con Dios.
La oración debe ser tan natural como el respirar.
16En cuanto a mí, a Dios clamaré;
Y Jehová me salvará.
17Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré,
Y él oirá mi voz.
Orar en la mañana, en la tarde y en la noche es sin duda una manera excelente de mantener prioridades legítimas a través de cada día.
Daniel siguió este patrón.
Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes.
Como lo hizo Pedro.
Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea para orar, cerca de la hora sexta.
Las oraciones del pueblo de Dios son el arma principal en contra del mal que abruma al mundo.
La forma correcta de orar.
1Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos. 2 Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. 3 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 4 Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.
El Padre nuestro.
Cuando Jesús dice: “Ustedes deben orar así”, no quiere decir que orar sea repetir el “Padre Nuestro” literalmente y de memoria todos los días.
Jesús les enseñó un modelo de oración, una guía, un ejemplo.
El “Padre Nuestro” nos da un orden, de manera que cada día oremos por la mayor cantidad de temas posibles.
1.- Padre nuestro que estas en los cielos, santificado sea tu nombre.
--- La oración debe ser dirigida al Padre en el nombre de Jesús.
13Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 14 i algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
---Toda oración debe comenzar con Adoración.
En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños.
Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre.
--- Pedimos al Padre, hablamos con el Padre, pero todo en el nombre de Jesús.
Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.
2.- Venga tu reino.
Su reino de paz y abundancia será establecido en la tierra, pero Él nos ordena que oremos pidiéndolo.
37 Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. 38 Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.
Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.
Este es otro gran secreto de la oración.
Clamar primero por la evangelización de las almas, orando primero desinteresadamente que su plan sea cumplido y luego nuestras peticiones; y la contestación vendrá.
Jesús dijo que antes de que Él volviera, las buenas nuevas acerca del Reino (el mensaje de salvación) serían predicadas en todo el mundo.
Esta era la misión de los discípulos, y es la nuestra hoy.
Jesús se ocupó del fin de los tiempos y del juicio final a fin de mostrar a sus seguidores la urgencia de esparcir las buenas nuevas de salvación por doquier.
Cuando hacemos esto manifestamos el reflejo del amor de Dios en nuestras oraciones.
1Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. 2Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. 3Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. 4El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; 5no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. 7Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
La fe sobresaliente y el poder para lograr milagros producen muy poco sin el amor. El amor logra que nuestras acciones y dones sean útiles. Aunque las personas tengan dones diferentes, el amor está disponible a todos.
3.- Hágase tu voluntad (como en el cielo también en la tierra).
Cuando oramos «Hágase tu voluntad», no estamos abandonándonos a la suerte, sino que estamos orando que el propósito perfecto de Dios se cumpla en este mundo como en el más allá.
Dios ha revelado su eterno propósito —su voluntad— en la Biblia y supremamente en la persona de su Hijo Jesucristo.
Nuestras vidas deben estar dentro de la perfecta voluntad de Dios, Jesús nos dio el ejemplo a seguir.
Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.
Aquí tenemos una visión momentánea y privilegiada de la relación íntima de Jesús con su Padre y una vislumbre sobria del precio de su misión.
La perspectiva de su sufrimiento venidero para Jesús era el significado de la copa, y él rogaba por otra alternativa, si el propósito de Dios lo podía permitir.
No había ninguna duda de que la voluntad del Padre tenía que ser prioritaria, sin importar el precio y Jesús la llevo a cabo.
Al cumplir la voluntad de Dios a través de Jesucristo seremos bendecidos.
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.
La permanencia en la vid en la narración de la alegoría de la viña está estrechamente ligada a la oración.
Quienes estén debidamente cerca de la vid (Jesús) no querrán pedir sino aquello que esté acorde con la vid misma.
Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. 2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. 3 Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. 4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. 5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. 6 El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. 7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. 8 En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. 9 Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor. 10 Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. 11 Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido. 12 Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. 13 Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. 14 Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. 15 Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer. 16 No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé. 17 Esto os mando: Que os améis unos a otros.
Si alguno pide y no recibe es porque no ha pedido en su voluntad.
Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.
La oración no es un recurso para inducir a Dios a cambiar su pensamiento y a hacer lo que nosotros queramos.
Para ser efectiva debe ser elevada conforme a su voluntad.
Cuando la elevamos en ese espíritu él nos oye.
En otras partes de la Escritura aprendemos que la oración debe ser hecha con fe.
Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.
Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas.
Y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él.
Nuestras oraciones no deben ser elevadas para satisfacer nuestras pasiones pecaminosas ni nuestros deseos egoístas.
Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.
4.- El pan nuestro de cada día dánoslo hoy.
Otro gran secreto de la oración es que la vida bendecida implica un contacto diario con Dios.
29 Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud. 30 Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de estas cosas. 31 Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas.
Es bueno trabajar y planificar con responsabilidad, pero no es bueno depender de nuestros métodos, pues nuestra planificación puede fracasar.
La preocupación no sirve ya que no puede satisfacer ninguna de nuestras necesidades; la preocupación es una actitud necia porque el creador del universo nos ama y sabe lo que necesitamos.
Joven fui, y he envejecido,
Y no he visto justo desamparado,
Ni su descendencia que mendigue pan.
En los días de David, Israel obedeció las leyes de Dios que establecían que se debía tratar a los pobres con justicia y misericordia.
Mientras Israel fue obediente, hubo suficiente comida para todos.
Cuando Israel se olvidó de Dios, los ricos cuidaron de sí mismos y los pobres sufrieron.
Dios quiere que dependamos diario de Él (ejemplo el maná en el desierto).
Así comieron los hijos de Israel maná cuarenta años, hasta que llegaron a tierra habitada; maná comieron hasta que llegaron a los límites de la tierra de Canaán.
Para los israelitas el maná fue un regalo; llegaba todos los días y era justo lo que necesitaban. Satisfacía sus necesidades físicas temporales.
Jesús se compara a sí mismo con el maná.
48 Yo soy el pan de vida. 49 Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. 50 Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera. 51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.
Cristo es el pan nuestro de cada día, el que satisface nuestra necesidad eterna y espiritual.
5.- No nos metas en tentación más libranos del mal.
Jesús no está sugiriendo que Dios nos guía hacia la tentación, simplemente está pidiendo que seamos librados de Satanás y sus engaños.
Todos los cristianos enfrentamos tentaciones, algunas veces es tan sutil que inclusive no sabemos qué nos está pasando.
Dios nos ha prometido que no permitirá que seamos tentados más allá de lo que podamos soportar
No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.
Pídale a Dios que le permita reconocer la tentación, que le dé fuerzas suficientes para enfrentarla y que pueda seguir la senda de Dios.
Y les dijo: ¿Por qué dormís? Levantaos, y orad para que no entréis en tentación.
Los discípulos de Jesús estaban dormidos.
Qué trágico es cuando muchos cristianos actúan como si estuvieran profundamente dormidos cuando llega el momento de entrega y servicio a Cristo.
No permita que por falta de oración se le encuentre insensible ni sin preparación para el trabajo de Cristo.
Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.
Aquellos que permanecen firmes en las pruebas recibirán la corona de vida: La expresión no se refiere únicamente a la vida eterna, sino a la vida aquí y ahora, disfrutada más abundante y plenamente.
Sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio.
Al igual que Dios rescató a Lot de Sodoma, puede rescatarnos de las tentaciones de un mundo malvado.
Lot no estaba libre de pecado, pero puso su confianza en Dios y fue protegido cuando se destruyó Sodoma.
Para mayor información sobre Lot, (Lea el libro de Génesis Capitulo 14).
Dios también juzgará a quienes provocan la tentación y las pruebas; no debemos preocuparnos nunca de que no se haga justicia.
6.- Perdona nuestras deudas como nosotros perdonamos a nuestros deudores.
Cuando Jesús enseñó a sus discípulos a orar, estableció el perdón como piedra angular en su relación con Dios.
Cuando Jesús enseñó a sus discípulos a orar, estableció el perdón como piedra angular en su relación con Dios.
Dios ha perdonado nuestros pecados, por lo tanto, debemos ahora perdonar a quienes nos ofendieron.
Seguir sin perdonar muestra que no se ha entendido que nosotros mismos, junto con todos los demás seres humanos, necesitamos ser perdonados.
El pecado es una deuda que tenemos con Dios y que tiene que ser reconocida sobre la base de su misericordia.
También nosotros perdonamos: Quienes piden deben reconocer que, si se busca la misericordia de Dios, se debe mostrar misericordia al prójimo.
Debemos adoptar la misma conducta que queremos que sigan los demás.
El perdón diario por Dios, solo es concedido a quienes perdonan a otros.
De la parábola del buen Samaritano aprendemos tres principios acerca de lo que significa el amor al prójimo.
25 Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna? 26 Él le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees? 27 Aquel, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. 28 Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás. 29 Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo? 30 Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. 31 Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. 32 Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. 33 Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; 34 y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. 35 Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese. 36 ¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? 37 Él dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo.
1) La carencia de amor es a menudo fácil de justificar a pesar de que nunca es buena.
(2) Nuestro prójimo es cualquiera que esté en necesidad, sin importar raza, credo ni procedencia social; y
(3) Amor significa hacer algo para suplir la necesidad de alguien, no importa dónde viva, hay gente necesitada a su alrededor, no hay razón justificada para negarse a brindar ayuda.
Piense en algunas personas que le han faltado en cierta manera. ¿Las ha perdonado de verdad? ¿Cómo actuaría Dios si lo tratara en la forma que usted lo hace con los demás?
Si no oramos nos deterioramos y las fuerzas de las tinieblas se movilizarán contra nosotros y paralizarán nuestros esfuerzos
Conquistemos las victorias con nuestras rodillas.
“Las oraciones del pueblo de Dios hacen posible la ejecución del plan de Dios sobre la tierra”