Según esta cita bíblica fue Dios el que inspiró a los escritores bíblicos para que escribieran los escritos sagrados.
Es por esa razón que la Biblia, fue escrita bajo la influencia sobrenatural del Espíritu Santo, ya que el Espíritu Santo inspiro a los autores para que escribieran los libros que componen la Biblia, y como Dios es su autor final la Biblia viene a ser infalible y digna de toda confianza, es la Palabra de Dios.
Los escritores bíblicos escribieron desde su contexto:
• personal,
• histórico y
• cultural.
Aunque usaron sus propias mentes, talentos, idioma, y estilo, escribieron lo que Dios quería que escribieran.
La Escritura es absolutamente confiable porque Dios controló sus escritos.
Esto es así debido a que el verdadero autor de la Biblia es Dios.
Toda la Biblia es la Palabra inspirada de Dios. Porque es inspirada y confiable, debemos leerla y aplicarla a nuestras vidas.
La Biblia es la norma para probar todo aquello que pretende ser verdad.
Es nuestra protectora de las enseñanzas falsas y nuestra fuente de dirección para saber cómo vivir.
Es nuestra única fuente de conocimiento acerca de cómo podemos ser salvos.
A través de la inspiración divina de la Biblia obtenemos revelación.
La Biblia nos revela que Dios hizo de Sí mismo a la humanidad.
El hombre no descubrió a Dios, sino que Dios se reveló a sí mismo por medio de la Biblia.
Por medio de la Biblia el ser humano puede encontrarse con Dios y conocerlo.
En la Biblia Dios nos revela varias cosas de sí mismo:
I.- Sus atributos.
• Nos revela quién es Él y cómo es Él.
• Nos revela sus planes.
• Nos revela su carácter.
• Nos revela su voluntad y
• Nos revela sus mandamientos.
II.- Su veracidad.
La inspiración divina de la Biblia demuestra su veracidad.
Cada libro de la Biblia contiene un mensaje particular que armoniza con la enseñanza total de toda la Biblia.
La Biblia es un conjunto de 66 libros inspirados por Dios, esos libros fueron escritos por más de 40 personas a lo largo de cerca de 1500 años, pero todos cuentan la misma historia y tienen el mismo mensaje.
Ningún libro de la Biblia contradice a otro. Todos concuerdan en lo que enseñan.
El concepto de Dios, de la santidad, de las leyes, de las responsabilidades como humanos, en todos los sesenta y seis libros de la Biblia es el mismo.
III.- Su confiabilidad.
La Biblia, por haber sido escrita bajo la inspiración del Espíritu Santo, es digna de toda confianza.
El Señor Jesucristo dijo lo siguiente acerca de sus Palabras:
Las palabras de Cristo son más seguras que la existencia misma del universo.
El profeta Isaías dijo acerca de la Palabra de Dios.
Estas palabras ofrecen la seguridad completa en la confiabilidad, estabilidad y en la naturaleza divina de la palabra del Señor.
Y nuestro Señor y Salvador Jesucristo cumple esta palabra.
Jesús es la palabra que vive para siempre.
Ningún libro puede tener estas características de Dios a menos que el mismo Dios lo inspire.
Los sesenta y seis libros de la Biblia fueron inspirados por el Espíritu Santo. No hay ninguno de ellos que contenga algún error moral, religioso, científico, histórico, ni geográfico.
No hay parte de la Biblia que sea más inspirada que otra.
Tampoco encontramos que se hayan dado profecías en ella que nunca se hayan cumplido. Toda la Biblia fue inspirada por Dios.
Los siguientes datos demuestran algo de la variedad del material que Dios movió a los autores humanos a incluir en la Biblia.
1. Material que vino directamente de Dios. Las dos piedras en que fueron escritos los Diez Mandamientos vinieron directamente de Dios.
2. Material recopilado.
Aunque algunas partes de la Biblia se escribieron directamente (como algunas de las cartas de Pablo), otras fueron el resultado de previa investigación para recopilar datos.
El Evangelio de Lucas es un ejemplo de esto:
Lucas no fue un testigo presencial de los eventos de la vida de Cristo. Así que, o Dios le tuvo que haber dado a él revelación directa de esos eventos para que escribiera su Evangelio, o él los tuvo que haber descubierto por medio de investigación.
En su prólogo, Lucas nos dice que:
• Él consultó a testigos presenciales de la vida y ministerio de Cristo.
• Usó narraciones escritas disponibles de partes de su ministerio.
• Investigó cuidadosamente y escudriñó todas sus fuentes.
• Planeó un arreglo ordenado de su material.
• El Espíritu Santo lo movió y lo llevó a él en la tarea misma de escribir.
• De modo que todo lo que escribió fue preciso y verídico.
3. Material profético.
Aproximadamente un cuarto de la Biblia fue profecía al momento de escribirse (aunque, por supuesto, algo de todo ese material se ha cumplido).
La profecía verdadera puede venir solamente del Dios verdadero, que todo lo sabe.
4. Material histórico.
Gran parte de la Biblia narra la historia, y lo hace en forma precisa.
La mayoría de las porciones históricas fueron escritas por aquellos que habían personalmente presenciado esos eventos.
Por ejemplo, Lucas, quien fue compañero de Pablo en muchos de sus viajes.
Josué, quien participó en la conquista de Canaán y entonces escribió sobre la misma en el libro de Josué.
Algo como la historia de la creación, por supuesto, tuvo que ser revelado por Dios a Moisés; puesto que ningún ser humano fue testigo presencial; y Moisés escribió de esto mucho después de ocurrir.
5. Otro material.
La Biblia sí archiva cosas que no son verdad.
Como las mentiras de Satanás, pero da cuenta de ellas con exactitud.
La Biblia también contiene citas de los escritos de personas no salvas.
En resumen:
Esta variedad de materiales demuestra que Dios algunas veces reveló cosas en forma sobrenatural y directa; algunas veces permitió que los autores humanos compusieran Su mensaje usando su propia libertad de expresión.
Pero el Espíritu Santo espiró el producto total, dirigiendo en varias formas a los autores, para darnos Su mensaje en las palabras de la Biblia.
Al juntar las tres declaraciones de este versículo nos declara que la Biblia entera provino de Dios para enseñarnos cómo vivir.
La Biblia no es para ponerla en un museo y admirarla, sino para aplicarla a nuestras vidas.
¿Le gustaría disciplinarse y tener el habito o costumbre de leer por lo menos un capítulo diario de la Biblia?