Discipulado Nivel 03: Conociendo nuestra declaración de fe.
Lección 04:
Artículo doctrinal 03. Creemos: Que Jesucristo es el único Hijo de Dios concebido del Espíritu Santo y nacido de la virgen María con deidad plena y completa. Que murió crucificado, fue sepultado y resucito al tercer día de entre los muertos, que ascendió al cielo y está a la diestra de Dios Padre y que también intercede por nosotros.
El apóstol Juan afirma categóricamente cinco veces que Jesús que es “el unigénito” hijo del Padre.
Características de Jesús como el Hijo de Dios.
Jesucristo, como Hijo de Dios, es el único que puede dar vida eterna.
La relación especial que Jesús tiene con el Padre se describe también con la frase “mi Hijo amado”.
Hay casos muy especiales en los cuales Jesús es confesado como el Hijo de Dios, por ejemplo:
Por Pedro.
Por los demonios.
Por Satanás.
Sin embargo, mucha gente religiosa e incluso el sumo sacerdote dudaban que Jesús era el hijo de Dios, el Mesías.
Según Juan, el propósito de su evangelio es para que la gente crea que Jesús es el Cristo y así tengan vida eterna libres del infierno.
De manera que para alcanzar la salvación es necesaria la confesión de que Jesús no sólo es el Cristo, sino también el Hijo de Dios.
Por eso encontramos en el libro de los Hechos que la confesión de que Jesús es el Hijo de Dios vino a ser una confesión necesaria antes de recibir el bautismo en agua; esta confesión era requerida de todo nuevo convertido.
Antes de ser bautizado por Felipe, el etíope, confesó que creía que Jesucristo es el Hijo de Dios.
Es necesario confesar que Jesús es el Hijo de Dios para que Dios permanezca en uno y para que uno permanezca en Dios:
Jesús es el Hijo de Dios desde la misma eternidad.
Ahora, aunque el carácter de Jesús como Hijo de Dios se relaciona directamente con su función terrenal dentro del plan de salvación, también se relaciona con su estado preexistente con el Padre y con su nacimiento sobrenatural.
Cristo no es llamado Hijo de Dios únicamente por su encarnación, esto es, su humanidad, sino que desde la misma eternidad posee una relación de Hijo con Dios el Padre.
Jesús, como Hijo preexistente de Dios compartían la gloria del Padre antes que el mundo fuese era la imagen misma de su substancia.
Jesús, como Hijo preexistente de Dios fue el agente por quien el mundo fue hecho.
Jesús, como Hijo preexistente de Dios fue enviado cuando el tiempo fue cumplido.
Jesús, como Hijo preexistente de Dios fue enviado mundo a fin de salvarlo por causa del amor de Dios.
De manera que la Segunda Persona de la Trinidad o sea Jesús no se convirtió en Hijo de Dios hasta el momento de la encarnación, sino que desde la misma eternidad tiene esa relación con el Padre.
La Biblia da a conocer que como Hijo Jesús es el objeto del amor del Padre no como resultado de su obediencia terrenal, sino como una relación divina que existe desde la eternidad ya que él, como Hijo de Dios, es la imagen del Dios invisible que existe antes que todas las cosas y por quien todas las cosas vinieron a existir.
Jesús es el Hijo de Dios, también, por causa de su nacimiento sobrenatural.
Antes que José y María se juntasen, María se encontró que había concebido del Espíritu Santo.
Este evento milagroso y único le fue anunciado a María por un ángel, quien le explicó lo extraordinario de su concepción(embarazo), aunque era virgen que no había conocido hombre y solamente estaba desposada(comprometida), con un hombre llamado José concebiría un hijo porque el Espíritu Santo vendría sobre ella y el poder del Altísimo le cubriría con su sombra.
Cuando todo esto sucedió, José, quien pensó que el embarazo de María había sido resultado de adulterio, decidió abandonarla, lo cual le fue impedido por un ángel que le dijo que lo que María había concebido era del Espíritu Santo.
Por causa de lo extraordinario de la concepción, el niño sería llamado “Hijo del Altísimo” e “Hijo de Dios”.
Por lo tanto, Jesús también es llamado “Hijo de Dios” por causa de su nacimiento sobrenatural, al haber sido concebido por el Espíritu Santo.
La muerte de Cristo se explica en el Nuevo Testamento no como un suceso accidental o debido a la hostilidad de sus adversarios, sino como en cumplimiento a un plan eterno por medio del cual Dios se propuso redimir al hombre:
En el Nuevo Testamento la muerte de Cristo se entiende como:
A.- Un rescate.
Este ofrecimiento de rescate voluntario tiene el costo de su vida.
La redención de la humanidad se explica como algo que se obtuvo no por medio de oro o plata sino por medio de la sangre preciosa de Cristo.
Otra palabra que se usa en el Nuevo Testamento en griego para explicar el significado de la muerte de Cristo es apolútrosis, que en nuestras Biblias en español se traduce “redención”.
El significado original de esta palabra griega es “comprar un esclavo o un cautivo y hacerlo libre mediante el pago del rescate.”
Por medio de la sangre de Cristo el hombre tiene redención, la cual consiste en el perdón de los pecados y la adquisición de la herencia eterna.
En el Nuevo Testamento la muerte de Cristo se entiende como:
B.- Expiación.
la iniciativa total de la expiación se encuentra exclusivamente en Dios.
Dios envió a Cristo para que fuese la expiación de los pecados del mundo.
Este acto tomó lugar no como consecuencia del amor del hombre hacia Dios, sino como resultado de su espontánea y misericordiosa iniciativa.
Por lo tanto, la idea de la expiación connota una acción generosa de parte de Dios.
En la sangre de Cristo el pecado es condenado y expiado, haciendo posible que se establezca una relación amistosa entre Dios y el hombre.
Expiar viene siendo la acción de borrar las culpas, de purificarlas por medio de un sacrificio.
En el Nuevo Testamento la muerte de Cristo se entiende como:
3. Reconciliación. Es Dios el que reconcilia a la raza humana consigo mismo, y no a sí mismo con la raza humana; Dios es el que produce la acción de la reconciliación en base a la cruz de Cristo.
Dios no se reconcilió con el hombre, sino que reconcilió al hombre consigo mismo.
Dios no era el del problema, sino el hombre.
Por otro lado, no fue el hombre el que se reconcilió con Dios por medio de algo que haya hecho: fue Dios el que lo reconcilió.
Cuando la raza humana se encontraba débil, Dios envió a Jesucristo a morir en lugar de la humanidad; por causa de la muerte de Cristo, Dios no les toma en cuenta a los hombres sus pecados sino que los justifica, asegurándoles así lo que de otra manera era imposible.
En el Nuevo Testamento la muerte de Cristo se entiende como:
4. Substitución.
Hay un número considerable de textos donde la muerte de Cristo se presenta como una substitución, esto es, en lugar de la humanidad.
Según estos textos, el propósito de la muerte vicaria de Cristo fue:
a. Para que el hombre pudiese morir al pecado y vivir a la justicia,
b. Para que el hombre pudiera acercarse a Dios, y
c. Para que el hombre pudiese ser justicia de Dios.
La muerte de Cristo no fue accidental, sino que llevó a cabo propósitos que Dios había fijado desde la misma eternidad.
La resurrección de Cristo no es un acto independiente, desconectado de la cruz.
La cruz y la resurrección no deben ser considerados como dos eventos redentores separados sino como dos aspectos de un solo acto redentor en Cristo Jesús.
Su relación es clara por el hecho de que la Biblia presenta los sufrimientos y muerte de Cristo íntimamente conectados con su resurrección, son un evento inseparable.
Para el apóstol Pablo era necesario que el Cristo muriese y que fuese resucitado de los muertos para ser Señor de los vivos y de los muertos.
Este evento doble constituye el contenido de la fe de los creyentes.
El significado de la resurrección y exaltación de Cristo.
La resurrección de Cristo la llevó a cabo el Padre.
La resurrección de Cristo no fue un evento que él mismo realizó, es el resultado de la intervención del Padre a favor de su Hijo.
La importancia de la resurrección de Cristo se evidencia por lo que significó para él en su misión redentora.
No importase cuán impresionante y dramática hubiese sido su crucifixión, si hubiera permanecido en la tumba, hubiera sido simplemente otro maestro piadoso.
Para los autores de los cuatro evangelios era necesario no sólo que Cristo sufriese y muriese sino también que se levantase de los muertos.
Hubiera sido muy difícil creer en la relación eterna entre el Hijo y el Padre si no hubiera el Hijo resucitado de entre los muertos.
La intercesión de Cristo está conectada a su resurrección.
La resurrección de Cristo garantiza su presencia permanente delante de Dios como un intercesor para beneficio de los que redimidos por su sangre.
Esto es, la resurrección de Cristo garantiza a los creyentes lo efectivo de la obra de Cristo en la cruz.
Por el hecho dinámico de la triple obra redentora de Cristo:
• su muerte,
• resurrección e
• intercesión.
Por lo tanto, el ministerio sacerdotal de Cristo continúa para siempre manteniendo un sacerdocio permanente que lo habilita en todo tiempo para salvar a aquellos que por medio de él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Por causa de su resurrección Cristo es el juez de vivos y muertos.
Hay un punto muy importante con relación a la resurrección de Cristo y es, que Cristo, por causa de su resurrección, es no sólo Señor de los vivos y los muertos sino también su juez.
La función de Cristo en el plan de salvación no se limita al perdón de los pecados y la intercesión por aquellos que creen en él, sino que se extiende para demandar una respuesta de aquellos que rechazan su gracia; por lo tanto, es él quien juzgará a los vivos y a los muertos en el día que Dios ha establecido para este fin.
La resurrección de Cristo garantiza la resurrección del creyente.
La resurrección de Cristo es la garantía para el creyente de que él también resucitará.
Ya que Cristo es la primicia de los que durmieron y aquellos que han sido unidos a él en su muerte ciertamente serán unidos a él en su resurrección.