La palabra “regeneración”, como una doctrina de la fe cristiana, es la traducción de la palabra griega paliggenesía la cual ocurre únicamente dos veces en el Nuevo Testamento.
En Mateo 19:28 la palabra “regeneración” se usa en referencia a la renovación futura del mundo, y no tiene nada que ver con la doctrina del nuevo nacimiento, mientras que en Tito 3:5 se refiere a la renovación espiritual que ocurre en el momento de la conversión.
1.- Definición de Regeneración.
Regeneración es ese acto de Dios por medio del cual el principio de la nueva vida es implantado en la persona, y las disposiciones de la misma son renovadas.
Esta definición significa que la regeneración no es un logro basado en méritos personales, sino todo lo contrario, una acción divina.
Cuando una persona se da cuenta de sus malos hechos, y deposita su fe en Cristo, Dios efectúa la renovación espiritual.
Por ser una acción divina, la regeneración connota un cambio radical en la naturaleza moral de la persona; las disposiciones morales son cambiadas.
Las intenciones y afectos ya no más son controlados por el egoísmo, sino por Dios; la carne, como una fuerza dominante, es reemplazada por el Espíritu de Dios de tal manera que la persona es habilitada para poner a un lado la inmoralidad, inmundicia y la lascivia, y reemplazarlas con la piedad; la enemistad, pleito, celo, ira, egoísmo, disensión y envidia son puestos a un lado, y reemplazados con el amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad y mansedumbre; las borracheras son reemplazadas con el dominio propio.
Este cambio fundamental implica que la regeneración es más que una mera disposición hacia las cosas espirituales.
La regeneración implica no sólo que se añadan ciertos dones o virtudes, una especie de fortalecimiento de ciertas cualidades innatas que uno puede tener, sino un cambio radical que revoluciona el ser entero, cambio que vence nuestra naturaleza caída y nos imparte una fuerza que viene de Dios para vencer el mundo, el pecado y la carne.
2.- En las Escrituras, la regeneración se describe con varios términos que explican en qué consiste esta experiencia, entre ellos.
a) Nuevo nacimiento.
• Como una experiencia espiritual, el nuevo nacimiento se efectúa por el Espíritu de Dios
• A través de la Palabra de Dios.
• Cuando la persona cree que Jesús es el Cristo y lo recibe.
Como resultado de haber nacido de nuevo, la persona no practica el pecado,
sino que practica lo que es justo.
Como resultado de haber nacido de nuevo, la persona está capacitada para amar y vencer el mal que está en el mundo.
La razón por la cual la persona no practica el pecado es porque es guardada por Cristo y el maligno no la puede tocar.
La importancia futura del nuevo nacimiento es que a menos que acontezca en uno, uno no puede ver el reino de Dios.
El nuevo nacimiento, como un acto divino, es el impartimiento de la nueva vida que Cristo vino a dar.
Que por supuesto también es la vida que es eterna.
La victoria sobre el pecado y la muerte y consiste en el mismo Cristo morando en el creyente.
b) Lavamiento.
La regeneración es una experiencia de purificación espiritual por medio de la cual la inmundicia moral es lavada.
Este lavamiento espiritual se ilustra por medio de la oración de David.
También este lavamiento espiritual se ilustra con el llamamiento al arrepentimiento que Dios hizo a la nación hebrea por medio del profeta Isaías.
También este lavamiento espiritual se ilustra por medio de la promesa de Dios al pueblo de Israel ofreciéndole una restauración espiritual.
El profeta Malaquías describió la intervención de Dios en la vida de los hijos de Leví como un fuego purificador y como jabón de lavadores.
En el Nuevo Testamento, también, la regeneración es descrita como un lavamiento.
La palabra "lavamiento" en este texto, es usada en referencia directa al bautismo en agua el cual, como un baño religioso, simboliza la limpieza espiritual que la regeneración trae. El bautismo en agua, como una señal exterior del arrepentimiento y de la fe en Cristo, es descrito como un acto de purificación espiritual.
El apóstol Pablo vio la obra de Dios en el creyente como una experiencia triple de justificación, santificación y lavamiento.
El significado especial de esta experiencia triple dentro del contexto en el cual ocurre se hace más importante cuando uno pone atención a lo que significaba para los corintios, para el apóstol Pablo el lavamiento, santificación y justificación eran parte de un acto divino que, de una forma dinámica, superó todos los vicios que los corintios habían tenido antes de su conversión, vicios que les impedían heredar el reino de Dios.
El propósito inmediato que Cristo tuvo cuando se dio a sí mismo por la iglesia fue para limpiarla, para limpiarla usó la Palabra como un medio santificador.
hay una doble referencia a la experiencia del lavamiento el cual, por medio de la sangre de Cristo, remueve la conciencia interna del pecado.
c) Muerte.
La regeneración se presenta también como una muerte espiritual, esto es, como un rompimiento fundamental con el pecado.
En virtud a esta experiencia la persona pierde interés en aquellas cosas que son pecaminosas.
El apóstol Pablo explica la liberación del poder del pecado como una consecuencia de ser salvo.
Este es uno de los pasajes bíblicos que mejor describe esta muerte espiritual es, donde El apóstol empieza la discusión con la pregunta, “¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?” (v. 1).
En otras, palabras, si el pecado fue la ocasión para que Dios manifestara su gracia, ¿no será mejor seguir pecando para que la gracia de Dios abunde?
La respuesta del apóstol es un enfático y rotundo ¡no!: “En ninguna manera”.
Luego el apóstol continúa dando la razón que él tiene para rechazar tal idea: “los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?” (v. 2).
Según el apóstol Pablo, morir a algo o a una persona significa no tener nada que ver con tal cosa o persona; significa estar totalmente separado de ellas.
Lo opuesto, esto es, vivir para una cosa o persona significa estar totalmente entregado a ellas, tener la más íntima comunión con ellas.
“Morir al pecado” se entiende mejor cuando uno la compara con la expresión opuesta, “vivir en pecado”.
Así como uno que vive en pecado se une a él haciéndolo el terreno de sus acciones, de la misma manera el que muere al pecado hace un rompimiento completo y radical con él, abandonándolo como abandona el mundo la persona que fallece.
Estar muerto al pecado es una idea que ocurre con frecuencia en el Nuevo Testamento, por ejemplo: el apóstol Pablo habla de estar muerto a la ley que le condenaba y de haber sido crucificado juntamente con Cristo.
A los colosenses les dice que en Cristo habían ellos muerto a los elementos del mundo y a las cosas que están en la tierra.
De manera que la regeneración es una muerte espiritual.
La regeneración, además de ser un nuevo nacimiento, un lavamiento y una muerte espiritual, es una:
d) Resurrección.
La regeneración implica también un acto de resurrección espiritual.
Pero antes de cubrir este aspecto de la regeneración, conviene que añadamos algo más respecto a la muerte espiritual que toma lugar en el momento de la conversión.
el apóstol Pablo escribe:
Aquí se menciona el bautismo en agua como una señal de total identificación del creyente con la muerte de Cristo; es una analogía de su muerte.
De la misma manera en que Cristo vino a ser insensible a las cosas del mundo por medio de su muerte, el creyente se hace insensible al pecado por causa de su regeneración simbolizada en el bautismo.
Además, la muerte de Cristo fue en referencia al pecado, a fin de destruirlo; de la misma manera el creyente se identifica con la muerte de Cristo en su conversión a fin de conquistar el poder del pecado.
El bautismo en agua, indiscutiblemente por inmersión, representa la muerte del cristiano al mundo.
La regeneración no sólo se describe como una muerte espiritual, sino también como una resurrección.
La Biblia describe la conversión como una resurrección espiritual realizada directamente por Dios en aquellos que creen.
Esta resurrección es posible únicamente estando en íntima identificación con la muerte y resurrección de Cristo.
Es interesante observar que en muchos de aquellos pasajes donde la conversión se describe como una muerte espiritual, también se menciona la vida nueva que Dios da.
El creyente muere al pecado a fin de resucitar para Dios.
Por lo tanto, la conversión cristiana no solamente significa romper drásticamente con el pecado sino también unirse a la vida de Dios; es una transición dinámica de lo que es fundamentalmente malo a lo que es fundamentalmente bueno.
e) Una nueva creación.
La regeneración es un cambio tan radical que en las Escrituras se le describe como una nueva creación.
El cambio moral es tan fuerte que las cosas que pertenecen al pecado son dejadas atrás y el presente se convierte en una nueva realidad.
Es de observarse que la nueva creación en Cristo a la cual se refiere 2 Corintios 5:17 es lo que realmente cuenta delante de Dios con respecto a la persona.
Según la Biblia, los cristianos son hechura de Dios, “creados en Cristo Jesús para buenas obras” “según Dios en la justicia y santidad de la verdad”.
Esta presentación del Nuevo Testamento de la experiencia religiosa como una nueva creación concuerda con pasajes del Antiguo Testamento donde se encuentran oraciones por un nuevo corazón, como también promesas de un nuevo corazón.
Como hemos visto, la regeneración es un acto de Dios por medio del cual implanta el principio de la nueva vida, cambiando las disposiciones.
Esta experiencia es un nuevo nacimiento, un lavamiento, una muerte al pecado, una resurrección y una nueva creación.
Aquí conviene señalar lo que no es la regeneración.
En primer lugar, no es algo hereditario.
El hecho de que uno haya nacido en una familia cristiana no lo hace a uno cristiano, absolutamente nadie, nace libre de pecado.
La salvación no es hereditaria, ni la santidad, ni el perdón de los pecados.
Cada quien le dará cuenta de sí a Dios.
En segundo lugar, la regeneración no toma lugar por medio del bautismo infantil, esto es, que un bebé al ser bautizado, recibe la salvación. Cristo dijo:
De manera que el imperativo para la salvación que siempre ha sido y sigue siendo es creer.
Cuando el etíope le pidió a Felipe el bautismo en agua, éste le dijo:
De manera que el acto de creer precedió a la salvación.
La Biblia en ninguna parte enseña el bautismo de niños y mucho menos para que sean salvos.
El bautismo en agua está reservado a personas que tienen uso de razón y que con ella pueden aceptar el evangelio de Cristo.
En tercer lugar, la regeneración no es por medio de obras que uno haga.
La Biblia dice:
En cuarto lugar, uno es regenerado una sola vez y no constantemente.
Es verdad, la vida cristiana es una experiencia de constante crecimiento en la gracia de Dios, pero eso no significa que uno tiene que convertirse todos los días para ser regenerado todos los días como una nueva experiencia espiritual.
Si así fuera, uno tendría que estarse bautizando en agua todos los días.
En quinto lugar, la regeneración no es producida por ninguna ordenanza o sacramento que se practique en la iglesia, esto es, la cena del Señor o el bautismo en agua.
En los estudios anteriores se ha señalado que solamente por los méritos de Cristo en la cruz del calvario la persona puede ser regenerada.
En sexto lugar, la regeneración no consiste en mejorar la conducta por medio de disciplina personal.
El hecho de que una persona se proponga dejar ciertos vicios por cuenta propia, no significa que ha sido regenerada o se está regenerando.
La regeneración no es un proceso sino una experiencia definida.
Así como nacer físicamente es un acto que toma lugar una sola vez en la vida, lo mismo la regeneración o nuevo nacimiento: sucede una sola vez en la vida.
Nadie puede decir que su nacimiento físico fue un proceso de varios años; tampoco lo es el nuevo nacimiento espiritual.
Es conveniente, entonces, recordar que nadie tiene la fuerza espiritual de poder producir por su propia cuenta la regeneración.
De ahí que la Biblia enfatice la necesidad que el hombre tiene de que Dios haga en él este tipo de obra.
Por medio del profeta Jeremías Dios dijo acerca de la naturaleza del hombre:
¿Cómo puede un corazón engañoso producir su propia regeneración? ¿Cómo puede uno que está en tinieblas producir su propia luz?
Aunque este pasaje en el libro de Ezequiel, tiene que ver con la restauración de Israel, sí señala lo que es la obra de Dios en la persona: