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Discipulado Nivel 03: Conociendo nuestra declaración de fe.

Lección 10:

Artículo doctrinal 09.
Creemos: Que la promesa del bautismo en el Espíritu Santo se imparte después que la persona se ha reconciliado con Dios por medio de su arrepentimiento y de su nuevo nacimiento.




¿Qué es el bautismo en el Espíritu Santo? ¿Cuál es su evidencia inicial? ¿Cuáles son sus resultados en quien lo recibe? ¿Qué diferencia existe entre él y la conversión? son preguntas que deben ser contestadas a la luz de la Palabra de Dios.

A. El bautismo en el Espíritu Santo es una experiencia distinta a la conversión.

El bautismo en el Espíritu Santo no debe ser identificado con la experiencia de la conversión, ni ser visto como un complemento a ella o como un requisito a la misma.

El bautismo en el Espíritu Santo no es concedido a fin de que la persona sea salva, sino porque una relación correcta con Dios ya ha sido establecida.

Así como el bautismo en agua se administra después que se estableció la debida relación con Dios, el bautismo en el Espíritu Santo se imparte después que la persona se ha reconciliado con Dios por medio de su arrepentimiento.

En el caso de los apóstoles, por ejemplo, antes de la experiencia pentecostal donde fueron bautizados con el Espíritu Santo tenían testimonio de parte de Cristo acerca de su salvación:

a) Sus nombres estaban escritos en el cielo.


Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.

Lucas 10:20

b) Estaban limpios por la Palabra que Cristo les había hablado.


Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.

Juan 15:3

c) Su unión con Cristo era tan íntima como la unión de los pámpanos a la vid.


Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.

Juan 15:5

d) Habían sido elegidos por Cristo con un fin específico.


No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.

Juan 15:16

e) No pertenecían al mundo pertenecían a Cristo y habían guardado su palabra.


He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra.

Juan 17:6

No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo

Juan 17:16

f) Habían creído en Cristo como enviado de Dios.


Porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste.

Juan 17:8

g) Habían sido enviados a ministrar al mundo.


Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo.

Juan 17:18

h) Habían sido enviados a las tribus de Israel y recibida autoridad especial para tal ocasión.


Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia.

Mateo 10:1

i) Eran personas devotas a la oración.


Todos estos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.

Hechos 1:14

Una observación similar se puede hacer en el caso de los samaritanos que se convirtieron a Cristo bajo el ministerio de Felipe y que se bautizaron hombres y mujeres porque habían creído y recibido la palabra de Dios.


Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres.

Hechos 8:12

Sin embargo, los apóstoles en Jerusalén enviaron a Pedro y a Juan a que oraran por los samaritanos a fin de que recibiesen el Espíritu Santo.


14 Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan; 15 los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo; 16 porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús. 17 Entonces les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo.

Hechos 8:14-17

El caso de los cristianos de efesios es muy parecido al de los samaritanos.
Aunque estos efesios ya habían creído no fue hasta que Pablo puso sobre ellos sus manos que recibieron el Espíritu Santo.


5 Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. 6 Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban.

Hechos 19:5-6

2. Definición de la experiencia.

a. El bautismo en el Espíritu Santo es llamado una promesa.

1) La promesa del Padre.


He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto.

Lucas 24:49

Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí.

Hechos 1:4

2) La promesa.


Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.

Hechos 2:39

3) La promesa del Espíritu Santo.


Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís.

Hechos 2:33

4) La promesa del Espíritu.



Para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.

Gálatas 3:14

5) El Espíritu Santo de la promesa.


En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa.

Efesios 1:13

El apóstol Pedro interpretó el evento de pentecostés como un cumplimiento de la promesa dada por Dios a través del profeta Joel.


16 Mas esto es lo dicho por el profeta Joel:
17 Y en los postreros días, dice Dios,
Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne,
Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán;
Vuestros jóvenes verán visiones,
Y vuestros ancianos soñarán sueños;
18 Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días
Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.

Hechos 2:16-18

Pero no fue únicamente por medio del profeta Joel que Dios había prometido enviar su Espíritu; lo había hecho por medio del profeta Isaías.


Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos.

Isaías 44:3

Y también por medio del profeta Ezequiel Dios prometió enviar su Espíritu.


Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.

Ezequiel 36:27

Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová.

Ezequiel 37:14

Además de ser la promesa de Dios dada por medio de los profetas del Antiguo Testamento, el Espíritu Santo es la promesa dada por Cristo mismo durante su ministerio terrenal.


16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: 17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

Juan 14:16-17

Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.

Juan 15:26

De acuerdo al evangelio de Juan, la venida del Espíritu en su función de Consolador sería un evento que tomaría lugar después de la ascensión de Jesús.

Después de la ida de Cristo el Consolador vendría.


Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.

Juan 15:26

Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.

Juan 16:7

El Padre daría el Consolador por causa del ruego de Cristo.


Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre.

Juan 14:16

El Padre enviaría el Consolador en el nombre de Jesús.


Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.

Juan 14:26

Aunque el Consolador estaba con los discípulos, sería en ellos.


El Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

Juan 14:17

El Consolador les enseñaría.


Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.

Juan 14:26

Les guiaría a toda verdad.


Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.

Juan 16:13

Tomaría de lo de Cristo y lo declararía a los discípulos.


Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.

Juan 16:14

Recordaría a los discípulos todo lo que Cristo les había dicho.


Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.

Juan 14:26

Hablaría lo que oiría.


Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.

Juan 16:13

Convencería al mundo de pecado, justicia y juicio.


Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.

Juan 16:8

Todas estas cosas sucederían de acuerdo a la promesa dada por Cristo.


Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre.

Juan 14:16

Cuando el apóstol Pedro informó a la iglesia de Jerusalén la experiencia carismática que tomó lugar en casa de Cornelio, se refirió a ella como en cumplimiento a la promesa dada por Cristo respecto al Espíritu Santo.


Entonces me acordé de lo dicho por el Señor, cuando dijo: Juan ciertamente bautizó en agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo.

Hechos 11:16

La presentación que Juan el Bautista hizo de Cristo fue como el bautizador en el Espíritu Santo.


Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquel me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ese es el que bautiza con el Espíritu Santo.

Juan 1:33

Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.

Mateo 3:11

Yo a la verdad os he bautizado con agua; pero él os bautizará con Espíritu Santo.

Marcos 1:8

Respondió Juan, diciendo a todos: Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.

Lucas 3:16

A la luz de los pasajes bíblicos que hemos visto, el Espíritu Santo es una promesa que Dios el Padre hizo a su pueblo.

B. El bautismo en el Espíritu Santo es un don.


Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.

Hechos 2:38

Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero.

Hechos 8:20

Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo.

Hechos 10:45

Si Dios, pues, les concedió también el mismo don que a nosotros que hemos creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo que pudiese estorbar a Dios?

Hechos 11:17

C. El bautismo en el Espíritu Santo es un bautismo.

El bautismo en el Espíritu Santo, además de ser una promesa y un don, es un bautismo, esto es, una inmersión en el Espíritu Santo.


Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.

Mateo 3:11

Yo a la verdad os he bautizado con agua; pero él os bautizará con Espíritu Santo.

Marcos 1:8

Respondió Juan, diciendo a todos: Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.

Lucas 3:16

Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquel me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ese es el que bautiza con el Espíritu Santo.

Juan 1:33

Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.

Hechos 1:5

D. El bautismo en el Espíritu Santo, además, según la Biblia es un derramamiento.

De acuerdo a la versión griega del discurso de Pedro a los judíos en el día de pentecostés, Pedro usó tres veces el verbo “derramar” para explicar el fenómeno pentecostal en cumplimiento a lo que fue dicho por el profeta Joel.


Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.

Joel 2:28

También Isaías habló de un derramamiento del Espíritu Santo.


Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos.

Isaías 44:3

Lucas usa el mismo término para explicar el descenso del Espíritu sobre los gentiles en casa de Cornelio.


Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo.

Hechos 10:45

También en la epístola a Tito el don del Espíritu Santo es mencionado como un derramamiento.


5 Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, 6 el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador.

Tito 3:5-6

El descenso del Espíritu Santo como un derramamiento, como una corriente que desciende de los cielos, sugiere la generosidad con que Dios da su Espíritu.


Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla; pues Dios no da el Espíritu por medida.

Juan 3:34

E. El bautismo en el Espíritu Santo es una Investidura.

Además de ser un derramamiento, un bautismo, un don y una promesa, como ya hemos visto, el bautismo en el Espíritu Santo es descrito también como una Investidura.


He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto.

Lucas 24:49

En la Septuaginta, esto es, la versión griega del Antiguo Testamento, “vestir” se usa para describir la experiencia muy especial de aquellos que fueron poseídos por el Espíritu de Dios.


Entonces el Espíritu de Jehová vino sobre Gedeón, y cuando este tocó el cuerno, los abiezeritas se reunieron con él.

Jueces 6:34

Entonces el Espíritu vino sobre Amasai, jefe de los treinta, y dijo: Por ti, oh David, y contigo, oh hijo de Isaí. Paz, paz contigo, y paz con tus ayudadores, pues también tu Dios te ayuda. Y David los recibió, y los puso entre los capitanes de la tropa.

1 Crónicas 12:18

Entonces el Espíritu de Dios vino sobre Zacarías hijo del sacerdote Joiada; y puesto en pie, donde estaba más alto que el pueblo, les dijo: Así ha dicho Dios: ¿Por qué quebrantáis los mandamientos de Jehová? No os vendrá bien por ello; porque por haber dejado a Jehová, él también os abandonará.

2 Crónicas 24:20

La idea de la figura, por lo tanto, es que el bautismo del Espíritu Santo es una experiencia poderosa por medio de la cual el creyente viene a ser totalmente investido con la presencia de Dios.

F. El bautismo en el Espíritu Santo es una llenura.

El bautismo en el Espíritu Santo también se presenta en la Biblia como una llenura.
Uno de los términos que con más frecuencia usa Lucas, tanto en su evangelio como en el libro de los Hechos, para describir la presencia del Espíritu Santo en las personas es el verbo “llenar”.

Por ejemplo: Juan el Bautista fue lleno del Espíritu Santo desde el vientre de su madre.


Porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre.

Lucas 1:15

Elizabet fue llena del Espíritu Santo cuando María la saludó.


Y aconteció que cuando oyó Elisabet la salutación de María, la criatura saltó en su vientre; y Elisabet fue llena del Espíritu Santo.

Lucas 1:41

Zacarías fue lleno del Espíritu Santo cuando nombró a Juan.


Y Zacarías su padre fue lleno del Espíritu Santo, y profetizó, diciendo:

Lucas 1:67

En el día de Pentecostés, todos los discípulos fueron llenos con el Espíritu Santo.


Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.

Hechos 2:4

Cuando Pedro fue traído ante el concilio, habló estando lleno del Espíritu Santo


Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: Gobernantes del pueblo, y ancianos de Israel.

Hechos 4:8

Cuando los discípulos oraron después que Pedro y Juan fueron puestos en libertad, todos ellos fueron llenos del Espíritu Santo.


Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.

Hechos 4:31

Luego encontramos que Ananías oró para que Pablo fuese lleno con el Espíritu Santo.


Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo.

Hechos 9:17

Cuando Pablo reprendió a Elimas, estaba lleno del Espíritu Santo.


Entonces Saulo, que también es Pablo, lleno del Espíritu Santo, fijando en él los ojos.

Hechos 13:9

Ser “lleno” con el Espíritu Santo es no sólo ser recipiente, sino estar totalmente controlado por él.

Por lo que hemos visto hasta ahora, el Espíritu Santo, como una experiencia distinta a la conversión, es además de una promesa de Dios, un don, un bautismo, un derramamiento, una investidura y una llenura.

Hay un punto muy importante con relación al bautismo en el Espíritu Santo que debe ser considerado, y es: ¿qué es y para qué es?

Veamos lo que dice la Palabra de Dios.


He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto.

Lucas 24:49

Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.

Hechos 1:8

El bautismo en el Espíritu Santo debe ser considerado como una capacitación con poder divino para llevar a cabo la tarea misionera que Cristo dio a la iglesia.


19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

Mateo 28:19-20

Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.

Hechos 1:8

He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto.

Lucas 24:49

Uno de los ejemplos que se pueden mencionar de esta capacitación especial con poder divino es el apóstol Pedro en el día de Pentecostés su autoridad y valor, como consecuencia del descenso del Espíritu, contrastan notablemente con sus temores y fluctuaciones anteriores.


22 Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis; 23 a este, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole; 24 al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella.

Hechos 2:22-24

Pero sus palabras no se caracterizan solamente por su intrepidez sino también por el efecto convincente que tuvieron sobre la gente cuando las escucharon.
El discurso de Pedro fue seguido por una contrición masiva de tres mil personas que recibieron su palabra y solicitaron el bautismo en agua.


Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.

Hechos 2:41

La obra convincente del Espíritu Santo, el día de pentecostés fue de acuerdo a lo que Jesús había dicho previamente acerca del ministerio del Espíritu.


Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.

Juan 16:8

El Espíritu Santo no sólo es poder para el servicio, sino que también produce iluminación para comprender con claridad las verdades espirituales.

Es de observarse que, aunque de acuerdo a Lucas 24:49 y Hechos 1:8 el propósito principal del bautismo en el Espíritu Santo es impartir poder para cumplir la misión dada a la iglesia, hay otros resultados notables que no deben ser pasados por alto.

Nuevamente, en el caso de Pedro el día de pentecostés, su sermón se caracteriza notablemente por la penetrante iluminación para interpretar el evento pentecostal a la luz de las Escrituras.
A la pregunta, “¿Qué quiere decir esto?"


Y estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué quiere decir esto?

Hechos 2:12

Pedro responde:


16 Mas esto es lo dicho por el profeta Joel:
17 Y en los postreros días, dice Dios,
Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne,
Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán;
Vuestros jóvenes verán visiones,
Y vuestros ancianos soñarán sueños;
18 Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días
Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.
19 Y daré prodigios arriba en el cielo,
Y señales abajo en la tierra,
Sangre y fuego y vapor de humo;
20 El sol se convertirá en tinieblas,
Y la luna en sangre,
Antes que venga el día del Señor,
Grande y manifiesto;
21 Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.

Hechos 2:16-21

El Espíritu Santo le dio a Pedro una penetración muy profunda dentro de los misterios de la gracia de Dios. La influencia del Espíritu, trayendo a su memoria y ayudándole a que entendiese las Escrituras, fue también un cumplimiento de lo que el Señor Jesús había dicho acerca del Consolador.


Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.

Juan 14:26

En el caso del apóstol Pedro, otro resultado del bautismo en el Espíritu Santo es la nueva comprensión que obtuvo de la función mesiánica de Jesús.

Pedro explicó la muerte de Jesús como en cumplimiento de un programa divinamente elaborado: la muerte de Jesús no fue el resultado accidental de la maldad humana, sino el cumplimiento de un plan definido que Dios elaboró desde la misma eternidad y luego explica su resurrección y termina con su señorío.
Esta iluminación se la dio el Espíritu Santo.





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