En el libro de los Hechos hay una experiencia común asociada con el descenso del Espíritu Santo sobre las personas: hablar en lenguas desconocidas para los recipientes.
Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.
Porque los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios.
Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban.
Los tres pasajes bíblicos nos narran tres sucesos distintos que tomaron lugar en tres lugares y fechas distintas:
El Nuevo Testamento nos dice acerca del don de lenguas.
1. Definición de términos.
El término “lengua” es la traducción de la palabra griega
a) Como un órgano para hablar.
Y tomándole aparte de la gente, metió los dedos en las orejas de él, y escupiendo, tocó su lengua.
b) Como un idioma humano.
Cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios.
c) Como algo que se expresa espontánea y milagrosamente bajo el impulso del Espíritu Santo.
Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.
Como un don sobrenatural producido por el Espíritu Santo ocurre en el Nuevo Testamento con varios calificadores, por ejemplo:
a) Nuevas lenguas.
Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas.
b) Lenguas como de fuego.
Y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos.
c) Otras lenguas.
Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.
d) Diversos géneros de lenguas”
A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas.
2. Hablar en lenguas es el resultado del descenso del Espíritu Santo sobre los creyentes.
Por lo menos tres veces se asocian las lenguas carismáticas con el descenso del Espíritu Santo sobre las personas:
a) En el día de pentecostés, en Jerusalén (30 d.C.).
Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.
b) En la casa de Cornelio, en Cesarea (35 d.C. ).
44 Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso. 45 Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo. 46 Porque los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios.
c) En la ciudad de Éfeso (53 d.C.).
Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban.
Ya que Lucas, autor del libro de los Hechos, es el que registra estos tres incidentes, es claro que considera el hablar en lenguas como una de las señales significativas del descenso del Espíritu Santo sobre las personas.
Además de estos tres casos, hay muy fuertes posibilidades de que el descenso del Espíritu Santo sobre los samaritanos y el apóstol Pablo fue acompañado con la experiencia carismática de hablar en lenguas.
14 Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan; 15 los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo; 16 porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús. 17 Entonces les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo. 18 Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, 19 diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo. 20 Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero.
Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo.
En el caso del apóstol Pablo, él mismo testifica hablar en lenguas carismáticas las cuales es muy probable que recibió como un don cuando Ananías oró por él para que recibiese el Espíritu Santo.
Doy gracias a Dios que hablo en lenguas más que todos vosotros.
Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo.
3. Hablar en lenguas es una forma de adorar a Dios
Hay una relación muy estrecha entre las lenguas que acompañan la venida del Espíritu y el desborde de alabanzas a Dios.
En el día de pentecostés, los judíos de la dispersión dijeron.
Cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios.
Porque los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios.
4. Hablar en lenguas es una forma de edificación personal.
El que habla en lengua extraña, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia.
El que habla en lengua extraña es una forma de edificación personal porque pone a la persona en comunión directa con Dios en actos de adoración y alabanza.
Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios.
Este tipo de oración y alabanza espiritual que caracteriza el hablar en lenguas es a lo que se refiere en los siguientes pasajes bíblicos.
hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones.
La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales.
¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento.
Orar con el Espíritu y cantar con el Espíritu es una acción generada directamente por el Espíritu Santo.
Por lo tanto, las posibilidades son que existe una forma doble de hablar en lenguas, esto es, por medio de la oración y por medio del canto.
Zacarías, por ejemplo, fue lleno del Espíritu Santo y compuso un canto que Lucas llama “profecía”.
67 Y Zacarías su padre fue lleno del Espíritu Santo, y profetizó, diciendo:
68 Bendito el Señor Dios de Israel,
Que ha visitado y redimido a su pueblo,
69 Y nos levantó un poderoso Salvador
En la casa de David su siervo.
Los hijos de Asaf, que eran cantores en la casa de Dios, profetizaban con liras, harpas y címbalos, dando gracias y alabanzas al Señor.
Asimismo David y los jefes del ejército apartaron para el ministerio a los hijos de Asaf, de Hemán y de Jedutún, para que profetizasen con arpas, salterios y címbalos; y el número de ellos, hombres idóneos para la obra de su ministerio, fue: 2 De los hijos de Asaf: Zacur, José, Netanías y Asarela, hijos de Asaf, bajo la dirección de Asaf, el cual profetizaba bajo las órdenes del rey. 3 De los hijos de Jedutún: Gedalías, Zeri, Jesaías, Hasabías, Matatías y Simei; seis, bajo la dirección de su padre Jedutún, el cual profetizaba con arpa, para aclamar y alabar a Jehová.
Por la evidencia del Nuevo Testamento, entonces, hablar en lenguas es: un idioma sobrenatural que, de acuerdo a San Marcos Jesús prometió a los que creyesen.
Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas.
Hablar en lenguas es una evidencia inicial del descenso del Espíritu Santo sobre los creyentes.
Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.
Hablar en lenguas es una alabanza espontánea a Dios; un don divino; una forma de edificación personal y en ocasiones una profecía.