Además de la Cena del Señor, la iglesia tiene otra ordenanza, y es, el bautismo en agua.
1. El bautismo en agua es una práctica instituida para la iglesia por nuestro Señor Jesucristo.
El bautismo en agua es una práctica que desde el principio mismo de la iglesia cristiana fue entendida haber sido instituida para la iglesia cristiana por nuestro Señor Jesucristo.
Es verdad que antes de Cristo se practicaba el bautismo entre grupos religiosos judíos como los esenios, y es verdad, también, que Juan el Bautista practicaba el bautismo en agua de arrepentimiento, pero el bautismo cristiano no debe ser identificado con ninguno de estos mencionados.
Por ejemplo, el apóstol Pablo se encontró con ciertos discípulos en Efeso a los cuales, entre otras cosas preguntó: “¿En qué, pues, fuisteis bautizados?” A lo cual ellos respondieron: “En el bautismo de Juan”.
1 Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a Éfeso, y hallando a ciertos discípulos, 2 les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo. 3 Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan.
En
Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús.
La persuasión de la iglesia primitiva de que el bautismo en agua, como una práctica cristiana, fue instituido por Cristo fue en respuesta a lo que la iglesia primitiva creyó fue la gran comisión que Cristo dio a su iglesia, de acuerdo a como se registra en dos fuentes diferentes:
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.
La urgente demanda de la iglesia primitiva a los nuevos convertidos de que se bautizaran indica que al practicar el bautismo creían estar cumpliendo un mandamiento dado por Cristo.
De acuerdo a San Lucas, el discurso de Pedro a los judíos de la dispersión en el día de pentecostés, contuvo el imperativo del bautismo en agua.
Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.
El denuedo con el cual Pedro exhortó a la multitud a que se bautizaran, sugiere que la gran comisión de Cristo, dada aproximadamente diez días antes, estaba vívidamente impresa en su mente.
Según la gran comisión, los que creyesen deberían ser bautizados.
Los que recibieron el mensaje de Pedro en el día de pentecostés, respondieron bautizándose.
Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.
Cuando los samaritanos creyeron lo que Felipe predicaba respecto al evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, tanto hombres como mujeres respondieron con el bautismo.
Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres.
El etíope creyó en Cristo como el Hijo de Dios y expresó su fe por medio del bautismo.
Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó.
Lo mismo hizo Saulo. (El apóstol Pablo).
17 Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo. 18 Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista; y levantándose, fue bautizado.
Los gentiles en casa de Cornelio respondieron con el bautismo.
Y mandó bautizarles en el nombre del Señor Jesús. Entonces le rogaron que se quedase por algunos días.
Lidia respondió con el bautismo.
14 Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía. 15 Y cuando fue bautizada, y su familia, nos rogó diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad. Y nos obligó a quedarnos.
El carcelero de Filipos respondió con el bautismo.
Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos.
Los doce efesios respondieron con el bautismo.
4 Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo. 5 Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús.
Esta doble respuesta al evangelio, entonces, indica que en la iglesia primitiva el bautismo en agua era administrado siguiendo el patrón de
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.
Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.
El significado del bautismo en agua también es el rendimiento del yo al señorío de Dios.
Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.
El significado del bautismo en agua también es el lavamiento de los pecados; el nuevo nacimiento según las siguientes citas bíblicas.
Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre.
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo.
El significado del bautismo en agua también es la unión mística con Cristo en su muerte y resurrección.
3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? 4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. 5 Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; 6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.
El significado del bautismo en agua también es para identificarse con Cristo mediante el bautismo.
El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo.
En este texto de
El bautismo es el símbolo de la transformación que tiene lugar en el corazón de los que creen.
Al identificarse con Cristo mediante el bautismo, los lectores de Pedro nunca podrían volver atrás, aun en medio de la presión de la persecución.
El bautismo público los protegería de la tentación de renunciar a su fe.
El significado del bautismo en agua también es la filiación divina dada al creyente por medio de la fe en Cristo y la incorporación del creyente a la comunidad de fe.
26 pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; 27 porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis.
Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.
A la luz de estos pasajes y otros más, se puede afirmar que el bautismo en agua es una señal y una confirmación de la incorporación del creyente en Cristo, de su conversión, de su muerte al mundo y al pecado, del lavamiento de sus pecados, de su resurrección a nueva vida, del rendimiento de su voluntad a la voluntad de Dios, y del pacto que hace de servir a Dios todos los días de su vida.
3. El método del bautismo en agua
El verbo “bautizar” viene del griego
Por lo tanto, en el Nuevo Testamento el bautismo es una inmersión en agua la cual representa morir a la vida de pecado.
Este simbolismo del bautismo en agua como una muerte y resurrección se encuentra en:
Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.
En este texto el apóstol Pablo habla del bautismo como una unión espiritual con Cristo, una muerte con él al pecado y una resurrección con él a una nueva vida, en la cual el pecado no tiene más dominio.
Aquí hay una descripción clara de la forma del bautismo por inmersión, que para la iglesia primitiva representaba muerte y sepultura.
En la epístola a los Colosenses, el bautismo es presentado como la tumba del viejo hombre y como el nacimiento del nuevo.
Simbólicamente, cuando el creyente desciende bajo las aguas, sepulta ahí todos sus viejos afectos y pecados pasados; al emerger, proclama su nueva vida en Cristo Jesús.
Sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.
1 Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar; 2 y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar, 3 y todos comieron el mismo alimento espiritual, 4 y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo.
La figura de estar “bajo la nube” “en el mar”, más el uso del verbo “bautizar” (que como ya vimos significa “sumergir”) claramente sugiere que el apóstol tuvo en mente una forma de sepultura espiritual por medio de la cual los israelitas rompieron con su pasado a fin de empezar su jornada como una nueva nación.
En este caso el único método bautismal que se ajusta a la alegoría es el de inmersión.
Si el bautismo representa la unión mística del creyente con Cristo en su muerte y resurrección; si el creyente es uno que ha muerto al pecado por haber sido crucificado con Cristo y resucitado con él para andar en novedad de vida, entonces el bautismo no sólo proclama la muerte y resurrección del creyente sino también la de Cristo.
La idea es que fuera de la muerte y resurrección de Cristo no hay salvación: el creyente no puede ni morir al pecado ni resucitar a novedad de vida.
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Es importante señalar que tanto la cena del Señor como el bautismo en agua ilustran gráficamente la muerte redentora de Cristo.
Así como en la cena del Señor la muerte de Cristo es proclamada con el pan y el vino de la misma manera en el bautismo, su muerte y resurrección son ilustradas por la sumersión y emersión de la persona que se bautiza.
Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.
3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? 4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.
1. Los requisitos del bautismo en agua.
La práctica consistente en el Nuevo Testamento es que el bautismo era administrado únicamente en respuesta a una aceptación racional del evangelio.
Los que fueron bautizados, primeramente, estuvieron en contacto con la predicación de la palabra de Dios a la cual dieron una consciente y voluntaria aprobación.
Por lo tanto, el bautismo es asociado con: el arrepentimiento y la confesión de pecados, con la disposición de vivir una vida diferente.
y eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados.
Y salían a él toda la provincia de Judea, y todos los de Jerusalén; y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados.
El bautismo es asociado con El acto de creer.
El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.
Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres.
El bautismo es asociado con la aceptación de la palabra de Dios.
Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.
El bautismo es asociado con la aceptación de Cristo como el Hijo de Dios
36 Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado? 37 Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. 38 Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó.
El bautismo es asociado con la aceptación la apertura del corazón para escuchar atentamente lo que se predica acerca de Cristo.
14 Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía. 15 Y cuando fue bautizada, y su familia, nos rogó diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad. Y nos obligó a quedarnos.
Por lo tanto, la evidencia abrumadora es que en el Nuevo Testamento el bautismo era administrado únicamente a adultos que entendían el acto salvador de Dios en Cristo Jesús, que se arrepentían de sus pecados, aceptaban a Cristo como Salvador personal y decidían unirse a la comunidad cristiana con la expectación de participar en la segunda venida de Cristo.
No encontramos ningún caso en el Nuevo Testamento de niños que hayan sido bautizados.
En todos los casos que se registran de personas bautizadas, el imperativo de creer y arrepentirse tomaba lugar antes del rito. Esto, siguiendo la gran comisión dada por Cristo.
El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.
El ejemplo clásico en la Biblia de que el bautismo es para adultos lo encontramos en nuestro Señor Jesucristo.
El bautismo no es con el fin de que la persona sea salva, sino porque ya ha sido salva.
Es verdad que el Señor Jesucristo dijo:
El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.
“ser bautizado” aquí significa la disposición de acompañar la fe con la obediencia.
En otras palabras, la fe debe de expresarse por medio de la obediencia, y el bautismo en agua es el principio de un estilo de vida sujeto a los principios divinos.
Equivale a lo que en otro lugar Cristo dijo:
Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.
Negarse uno a sí mismo viene siendo el acto de creer, de arrepentirse y convertirse; pero el tomar la cruz cada día y seguir a Cristo, viene siendo la obediencia que se rinde a Cristo.
Hay iglesias que enseñan que la persona no es salva hasta que se bautiza.
No es esta la enseñanza de la Palabra de Dios.
El ladrón arrepentido junto a Cristo en la cruz escuchó de Cristo las siguientes palabras:
Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.
Esta promesa de Cristo fue en respuesta a la petición del ladrón:
Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.
La petición del ladrón fue su declaración de fe: con sus palabras reconocía que Cristo era el Mesías prometido; las palabras de Cristo eran la seguridad de la salvación del ladrón.
En ningún momento se hizo referencia a la necesidad del bautismo en agua para que la salvación se hiciese efectiva.
2. La fórmula del bautismo.
La gran comisión de
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
A pesar de las fórmulas cortas que se usan en el libro de los
Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.
Porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús.
Y mandó bautizarles en el nombre del Señor Jesús. Entonces le rogaron que se quedase por algunos días.
Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús.
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
La frase “bautizándolos en el nombre de” ha sido un tema de mucha controversia por causa de la preposición griega
Esto significa que ser bautizado en el nombre del Padre o “dentro” del Padre, uno, pública y voluntariamente se introduce a su sistema de gobierno espiritual, que uno se compromete a estar dentro de sus leyes y principios, que uno se convierte en propiedad exclusiva suya.
Ser bautizado en el Hijo es recibirlo como Salvador y Señor, que uno acepta incondicionalmente su señorío.
Ser bautizado en el Espíritu Santo es recibirlo como el Consolador.
Por lo tanto, la fórmula trinitaria del bautismo en agua es no sólo un mero reconocimiento de las tres personas divinas bajo cuya autoridad el rito es administrado, sino el objetivo dinámico de la fe cristiana: una experiencia personal con la plenitud divina, una participación de la gracia del Señor Jesucristo, y el amor de Dios (el Padre), y de la comunión con el Espíritu Santo.
La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.
Como se ha podido ver, el bautismo en agua es:
1) Una práctica instituida por nuestro Señor Jesucristo;
2) Un símbolo exterior de la respuesta afirmativa al evangelio, simbolizando el rendimiento de la voluntad a Cristo;
3) El método es inmersión;
4) El requisito es la conversión, y
5)La fórmula es en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Otra manera de resumir lo que se ha considerado hasta ahora acerca del bautismo en agua, sería la siguiente: el bautismo en agua es:
a) Una ordenanza dada por el mismo Señor:
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
b) Una práctica importante de la iglesia primitiva de personas convertidas recibía el bautismo:
Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.
• Los samaritanos bajo el ministerio de Felipe.
Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres.
• El etíope eunuco.
36 Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado? 37 Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. 38 Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó.
• Saulo de Tarso.
17 Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo. 18 Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista; y levantándose, fue bautizado.
• Los que se convirtieron en casa de Cornelio.
47 Entonces respondió Pedro: ¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros? 48 Y mandó bautizarles en el nombre del Señor Jesús. Entonces le rogaron que se quedase por algunos días.
• Lidia en Filipos.
14 Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía. 15 Y cuando fue bautizada, y su familia, nos rogó diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad. Y nos obligó a quedarnos.
• El carcelero de Filipos y su familia.
Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos.
• Los efesios a quienes Pablo interrogó.
4 Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo. 5 Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús.
c) Un símbolo de la conversión a Cristo: el bautismo en agua no salva, no perdona pecados: es una exteriorización de una experiencia interna.
d) Un símbolo de un pacto con Dios: así como los novios que llegan al altar para unir sus vidas se prometen fidelidad para siempre y unen sus vidas hasta que la muerte los separe, la persona que se bautiza le está prometiendo al Señor fidelidad durante toda su vida.
e) Un símbolo de la integración en la comunidad cristiana, esto es, la iglesia.
f) Un testimonio público de la fe aceptada.
Todos estos casos indican claramente que el bautismo era una práctica importante de la iglesia primitiva.