Elección de siete diáconos
Para ser un líder verdaderamente efectivo las claves son concentrarse en las prioridades del ministerio sin descuidar las demás necesidades del ministerio.
En la iglesia de Jerusalén se produjo una situación muy tensa debido a la discriminación ocasionada por la cultura y el idioma entre los hebreos y los griegos.
Los de judíos que eran nativos de Palestina hablan arameo y algunos judíos que provenían de lugares como Cirene, Alejandría, Cilicia o Asia solo hablaban griego.
Los cristianos de habla griega murmuraban sobre el trato injusto hacia sus viudas.
Los apóstoles sabían que el problema sobre la ayuda al necesitado necesitaba de atención.
Aunque los apóstoles eran los suficientemente sensibles para reconocer el problema, también eran cuidadosos al reconocer las prioridades que Dios pone a los líderes de la Iglesia.
Ellos no podían dejar de lado su misión, esto es, declarar y enseñar la Palabra de Dios y establecer la Iglesia en la oración.
Dios los guio a que eligieran 7 personas que sirvieran las mesas que fueran miembros de los judíos griegos para que hicieran funcionar el sistema de distribución de alimentos.
Era una labor de servicio ministerial.
Las siete personas seleccionadas probablemente la mayoría, si no todos, eran judíos extranjeros.
Tenían la misión de actuar como distribuidores de la caridad, una posición altamente respetada en Jerusalén.
El servir a las mesas no debe subestimarse como si fuera un ministerio inferior.
En muchas culturas modernas la frase “servir a las mesas” trae a la mente a los mozos o empleados de un restaurante. Esta imagen es errónea.
Esta tarea administrativa no se tomó a la ligera.
Los requisitos para los hombres que se encargaran del programa de alimentación fueron los siguientes:
Los requisitos eran:
Tenían que tener buen testimonio,
Tenían que estar llenos del Espíritu Santo
Y tenían que ser hombres sabios.
Los trabajos que requieren responsabilidad y trato con personas necesitan líderes con estas cualidades.
Debemos buscar los que son espiritualmente maduros y sabios para que sean prospectos como lideres de la iglesia.
los apóstoles se concentraron en las prioridades y sus decisiones fueron acertadas y adecuadas.
El ministerio de la Palabra nunca debe descuidarse debido a preocupaciones administrativas.
Nunca se debe tratar ni esperar que los pastores lo hagan todo.
La labor de la iglesia debe compartirse entre todos los miembros.
Un líder que conoce sus prioridades, pero carece de concentración sabe qué hacer, pero nunca lo termina.
Si tienes concentración, pero no prioridades, tienes excelencia sin progreso.
Pero cuando tiene ambas cosas, tiene el potencial para lograr lo espectacular.
Hay muchas personas en posiciones de liderazgo que parecen especializarse en cosas que no es lo de ellos.
La pregunta importante es:
¿Cómo debes aprovechar tu tiempo y energía?
Las siguientes indicaciones te pueden ayudar:
Concéntrate un 70% en tus puntos o lado fuerte.
Los líderes efectivos que alcanzan su potencial invierten más tiempo concentrados en lo que hacen bien que en lo que hacen mal.
concéntrate en lo que haces bien y desarróllalo.
En eso es que debes invertir tu tiempo, energía y recursos.
Pero muchas veces no hacemos eso porque parte del problema es que la mayoría de las personas no conocen sus fortalezas ni sus talentos.
Conocer tus talentos debe ser imprescindible, obligatorio para ti al igual que trabajarlos y pulirlos para convertirlos en auténticos puntos fuertes.
Este problema no solo está en el liderazgo de la iglesia también está en la gran mayoría de las diferentes compañías seculares, ya que los últimos estudios indican que sólo el 20% de los profesionales afirman que su actividad profesional está centrada en sus fortalezas.
El potencial humano no está en su gran mayoría centrando su actividad profesional en sus puntos fuertes.
La clave para tener un ministerio bendecido por Dios está en centrarte en las fortalezas o puntos fuertes con las cuales El te ha bendecido.
Concéntrate un 25% en cosas nuevas.
Si quieres ser mejor, tienes que mantenerte cambiando y mejorando.
Si dedicas tiempo a cosas nuevas relacionadas con tus áreas fuertes entonces crecerás como líder.
No olvides que en el liderazgo si dejaste de crecer estarás terminado.
Concéntrate un 5% en tus áreas débiles.
Nadie puede evitar completamente trabajar en sus áreas débiles.
La clave es minimizarlas tanto como sea posible, y los líderes lo logran delegando y De esa forma uno se apega a las cosas que hace mejor.
¿Cómo te evalúas en el área de la concentración?
¿Has estado especializándote en cosas que no son tus puntos o lado fuerte?
¿Has invertido demasiado tiempo apuntalando tus debilidades, a tal grado que has fallado en desarrollar tus áreas fuertes?
Si es así, probablemente has perdido concentración.
Trabaja en ti mismo. Tú eres tú mayor ventaja o perjuicio.
Trabaja en tus prioridades. Tendrás que luchar por ellas.
Trabaja en tus áreas fuertes. Con la ayuda de Dios puedes alcanzar tu potencial.
Trabaja en equipo. Solo no podrás ser efectivo.
Para mejorar tu concentración has lo siguiente:
• Muévete hacia tus áreas fuertes.
Haz una lista de tres o cuatro cosas que hagas bien en la iglesia o en tu profesión.
¿Qué porcentaje de tu tiempo inviertes haciéndolas?
¿Qué porcentaje de tus recursos dedicas a estas áreas fuertes?
Traza un plan para hacer cambios que te permitan dedicar el 70% de tu tiempo a tus áreas fuertes.
Si no puedes, quizás sea tiempo de reevaluar tu ministerio, trabajo o carrera.
• Crea un margen.
Ahora que ya estas seguro de las prioridades, piensa en la concentración.
¿Cuánto te tomará pasar al siguiente nivel en tu área principal de fuerza?
¿Qué nuevas herramientas necesitas?
Piensa de nuevo en cómo hacer las cosas y está dispuesto a hacer sacrificios.
El tiempo y el dinero invertido en llegar al próximo nivel son las mejores inversiones que puedas hacer.
Cuando entran a la jaula de un león, los entrenadores de animales llevan con ellos un banquito. ¿Por qué llevan un banquito?
Porque cuando el entrenador sostiene el banquito con las patas extendidas hacia la cara del león, el animal trata de concentrarse en las cuatro patas a la vez y eso lo paraliza.
Nunca olvides que la concentración dividida siempre trabaja en forma negativa.