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Discipulado Nivel 02 ¿Qué debo de hacer después de ser salvo?

Lección 05: Los Diezmos.




Antes de que hablemos sobre la bendición disponible a cada diezmador, debemos considerar la excusa más común que Satanás ofrece para que nos rehusemos a diezmar, quizá usted ha escuchado la autoritaria negación que en un esfuerzo por desacreditar esta enseñanza es usada por aquellos que se oponen al diezmo.
Ellos declaran erróneamente:
Que el diezmo fue establecido bajo la ley y que, por esa razón, no tiene ninguna validez para la iglesia del Nuevo Testamento.

Esta doctrina errónea de que el diezmo no es válido se usa repetidamente para confundir a las personas con poca doctrina y en un esfuerzo por santificar al desobediente e infiel.

Dios en su gran sabiduría se anticipó a este error doctrinal y bellamente lo refuto con las Escrituras.

Abraham fue escogido por Dios para establecer en la Biblia esta enseñanza fundamental del diezmo, una de las razones por la que Abraham fue usado como ejemplo fue precisamente para exponer este error de decir que los diezmos solo tuvieron validez bajo la ley.

Jesús uso la función particular de Abraham cuando Él le dijo a los judíos, quienes se sentían orgullosos de ser descendientes de Abraham.


Respondieron y le dijeron: Nuestro padre es Abraham. Jesús les dijo: Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais.

Juan 8:39

A la mayoría de los cristianos nos encanta saber que nosotros también somos hijos de Abraham y herederos de la promesa.
Con todo, el desafío de Jesús todavía se mantiene vigente nosotros sabemos que una de las cosas que Abraham hizo fue diezmar y la otra fue ofrendar.

Jesús continúa su discusión con los judíos y declaro:


Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.

Juan 8:44

Obviamente Jesús les hablo con simpleza, pero con firmeza el no dejo lugar para malos entendidos con respecto a lo que les estaba diciendo.
Jesús estaba tratando con asuntos de vida o muerte.
Y debemos entender esto a cabalidad, estamos tratando con los asuntos más serios de la vida no hay lugar para ligerezas los hijos de Abraham deben hacer lo que Abraham hacía, todo aquel que es de Dios presta atención a las instrucciones de Dios.

Melquisedec fue el sacerdote que recibió los diezmos de Abraham ¿Fue El un sacerdote establecido bajo la ley de Moisés? Absolutamente No.
El sacerdocio levítico (de la ley), estaba en el seno de Abraham y por consiguiente era subordinado al sacerdocio de Melquisedec.


9 Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también Leví, que recibe los diezmos; 10 porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro.

Hebreos 7:9-10

¿Se originaron los diezmos bajo la ley de Moisés? Claro que No.
La ley de Moisés solamente podía poner en práctica el principio del diezmo que ya había sido establecido por Abraham.
La ley y el sacerdocio levítico siempre estuvieron subordinados al sacerdocio de Melquisedec.

¿Quién es Melquisedec?
Melquisedec (Rey de justicia). Personaje misterioso del que poco habla la Biblia y mucho la tradición.

Hay diversas opiniones acerca de quién era Melquisedec.
Aparece de repente como el rey de Salem:


18 Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino; 19 y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra; 20 y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo.

Génesis 14:18–20

En este pasaje bíblico que leímos Melquisedec salió para recibir al patriarca con pan y vino, le bendijo y recibió sus diezmos.

Años después, un salmista aclama a un rey davídico como un sacerdote perpetuo según el orden de Melquisedec.


Juró Jehová, y no se arrepentirá:
Tú eres sacerdote para siempre
Según el orden de Melquisedec.

Salmos 110:4

Recordando así que David había conquistado a Jerusalén (ca. 1000 a.C.) y, por tanto, heredado la dinastía de reyes-sacerdotes iniciada por Melquisedec.

Jesús identifica a este rey aclamado como el Mesías


35 Enseñando Jesús en el templo, decía: ¿Cómo dicen los escribas que el Cristo es hijo de David? 36 Porque el mismo David dijo por el Espíritu Santo: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga tus enemigos por estrado de tus pies. 37 David mismo le llama Señor; ¿cómo, pues, es su hijo? Y gran multitud del pueblo le oía de buena gana.

Marcos 12:35–37

A la luz de estos pasajes la carta a los Hebreos desarrolla el tema del sacerdocio de Jesucristo.


5 Así tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino el que le dijo: Tú eres mi Hijo, Yo te he engendrado hoy. 6 Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec. 7 Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. 8 Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; 9 y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen; 10 y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.

Hebreos 5:5–10

Donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.

Hebreos 6:20

Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre.

Hebreos 7:28

En Hebreos 7:1–19 la figura de Melquisedec es prominente; de su brusca aparición y desaparición.


1 Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo, 2 a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz; 3 sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre. 4 Considerad, pues, cuán grande era este, a quien aun Abraham el patriarca dio diezmos del botín. 5 Ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es decir, de sus hermanos, aunque estos también hayan salido de los lomos de Abraham. 6 Pero aquel cuya genealogía no es contada de entre ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo al que tenía las promesas. 7 Y sin discusión alguna, el menor es bendecido por el mayor. 8 Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive. 9 Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también Leví, que recibe los diezmos; 10 porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro. 11 Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el pueblo la ley), ¿qué necesidad habría aún de que se levantase otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón? 12 Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley; 13 y aquel de quien se dice esto, es de otra tribu, de la cual nadie sirvió al altar. 14 Porque manifiesto es que nuestro Señor vino de la tribu de Judá, de la cual nada habló Moisés tocante al sacerdocio. 15 Y esto es aun más manifiesto, si a semejanza de Melquisedec se levanta un sacerdote distinto, 16 no constituido conforme a la ley del mandamiento acerca de la descendencia, sino según el poder de una vida indestructible. 17 Pues se da testimonio de él: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec. 18 Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia 19 (pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios.

Hebreos 7.1–19

En Génesis se concluye que su sacerdocio es «viviente» o eterno.
Melquisedec es un tipo de Jesucristo, por consiguiente, su sacerdocio es superior al de Aarón y el levítico, cuyos sacerdotes son mortales.

¿Está todavía en vigencia el sacerdocio de Melquisedec bajo la gracia? ¿Qué dice la Biblia?


Juró Jehová, y no se arrepentirá:
Tú eres sacerdote para siempre
Según el orden de Melquisedec.

Salmo 110:4

Como también dice en otro lugar:
Tú eres sacerdote para siempre,
Según el orden de Melquisedec.

Hebreos 5:6

1 Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo, 2 a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz; 3 sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre. 4 Considerad, pues, cuán grande era este, a quien aun Abraham el patriarca dio diezmos del botín. 5 Ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es decir, de sus hermanos, aunque estos también hayan salido de los lomos de Abraham. 6 Pero aquel cuya genealogía no es contada de entre ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo al que tenía las promesas. 7 Y sin discusión alguna, el menor es bendecido por el mayor. 8 Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive. 9 Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también Leví, que recibe los diezmos; 10 porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro.

Hebreos 7:1-10

Las Escrituras dan testimonio propicio de que el sacerdocio de Melquisedec es interminable. También nos dice quién es el sumo sacerdote de este sacerdocio interminable, nada menos que Nuestro Señor Jesús.


Y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.

Hebreos 5:10

Ahora puede apreciar que terrible error es el decir que el diezmo inicio bajo la ley y termino bajo la ley, ese error lleva la intención de negarnos el entendimiento del maravilloso sacerdocio de Jesús e impedir que le adoremos a Él con nuestros diezmos.
El diezmo fue primero que la ley es por eso que la ley lo tuvo que incorporar.
También lleva la intención de tergiversar los únicos pasajes descritos para entregar nuestras posesiones materiales bajo el señorío de Jesús.
El sacerdocio de Jesús en el orden de Melquisedec es otra rectificación bíblica al error de que el diezmo no es necesario.
El pacto de la promesa de Abraham fue dado más de 4 siglos antes de la ley de Moisés y, fue escrito como ejemplo de que El entregaba sus diezmos.

El Apóstol Pablo observó:


Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa.

Gálatas 3:17

La ley de Moisés no originó el diezmo y no tiene el poder para anularlo, la ley acogió este principio como lo hizo con muchos otros que no podía abrogar.

El diezmar fue enseñado por medio del ejemplo de Abraham, el Padre de los judíos y de los cristianos.

Resulta interesante que todos los creyentes hoy en día desean reclamar la bendición de Abraham, pero no quieren seguir su ejemplo por lo tanto ellos mismos se privan de uno de los principios en los cuales se basa su bendición abundante que es el diezmar.

Dios hablo luego sobre una maldición que vendría sobre el que es ladrón para con Él, una maldición que el enviaría a toda la nación:


6 Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos. 7 Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de volvernos? 8 ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. 9 Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. 10 Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. 11 Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos. 12 Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos.

Malaquías 3:6-12

Dios declaro que la nación entera era maldecida por haberle robado los diezmos y las ofrendas.
Hay mucha evidencia de esa maldición. Israel, como nación, estaba siendo esparcida empezando con los sacerdotes irreverentes, una plaga de divorcio, hombres de negocios corruptos, adoradores engañosos y blasfemadores descarados, la estructura de la sociedad estaba siendo desecha.

Israel tenía muchas similitudes a nuestro siglo, podemos ver claramente que las bendiciones de los Estados Unidos están volviéndose en maldiciones, pero Dios es muy bondadoso y misericordioso, su juicio conllevaba a darles una oportunidad para que vieran el producto de sus caminos pecaminosos y, motivarles a que regresaran a Él.

Ellos habían empezado hacer la pregunta ¿En qué sentido tenemos que volvernos?


Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de volvernos?

Malaquías 3:7

El pueblo de Israel tenía la necesidad de hacer muchos cambios, pero necesitaban un punto de partida para esa reforma espiritual. Dios les dio ese punto de partida.


Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.

Malaquías 3:10

La reforma financiera es un buen punto de partida para la reforma espiritual del ladrón reincidente.

Dios es poco tolerante con la evasión de los diezmos. Él lo llama robo, e incluso va más allá en decir que es un robo a El mismo.


¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas.

Malaquías 3:8

Es difícil imaginar que un criminal lo suficientemente inteligente intente robar a alguien más poderoso que El, sobre todo si su oportunidad de escapar es absolutamente imposible.
Dios tiene todo el poder. Dios tiene todo el conocimiento. Nadie puede escaparse de Él; con todo, muchos de los que dicen llamarse sus hijos intentan robarle cada semana.

Robar a alguien es denigrar a esa persona, es mostrar falta de respeto y deshonor.
Dios les pregunta a todos aquellos que lo desprecian ¿Dónde está el honor que merezco?


El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? Y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre?

Malaquías 1:6

Algunos ladrones de bancos se escapan temporalmente, pero no hay nadie que pueda escaparse cuando le ha robado a Dios.

Posiblemente no hay ningún maestro de la Biblia que le enseñe que usted puede ser un cristiano ladrón.
Incluso los que están inseguros sobre los diezmos no aprueban el robo. Dios dijo que es exactamente un robo cuando no le traemos los diezmos.

Dios quiere que disfrutemos el hecho de que todas nuestras necesidades sean suplidas. Dios quiere que sepamos que Él puede y está dispuesto a proveer para nosotros.

Dios quiere que seamos libres de cualquier atadura a las cosas materiales.
Dios quiere que conozcamos la libertad de entregarlo todo al señorío de Jesús, de manera que dice pruébenme traigan sus diezmos.

Jesús nos informa que el ladrón (Satanás) solo viene a robar matar y destruir,


El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

Juan 10:10

Cuando somos desobedientes con Dios, le damos la oportunidad al enemigo de venir contra nosotros.

Cuando le robamos a Dios, nos colocamos bajo la influencia de Satanás y nos sujetamos a él, debido a nuestras propias acciones.

El problema es de grandes dimensiones. Dios nos creó con un gran propósito y llamado.
Debemos disfrutar ese regalo que nos hizo al entregarse a sí mismo para que estableciéramos una bella relación, debemos rechazar todo lo que corrompe o destruye esta maravillosa relación.

Satanás aprendido que el hombre pecaminoso es inseguro.
Cuando el hombre rompió su relación con Dios empezó a buscar seguridad en las cosas materiales.
Satanás constantemente agita esa inseguridad y ofrece el materialismo como respuesta a nuestras necesidades.
Si mordemos el anzuelo la victoria es de Satanás entonces empezamos a pasar a la esclavitud.

Cuando el corazón del hombre está en las posesiones materiales, eventualmente este hombre llega a ser poseído por las mismas, deja de ser el mayordomo fiel que honra a Dios con su obediencia y que glorifica a Dios con su libertad.
Inconscientemente, el hombre se vuelve un adorador de Satanás en lugar de adorar al Dios divino.

El valor del dinero está siendo devorado, Satanás espera que la inflación produzca tal temor en el corazón de los creyentes para que ellos dejen de apoyar monetariamente a la obra de la iglesia.

Pero, nuestra mayor defensa contra la inflación es entregar nuestros diezmos entonces tendremos el derecho de reclamar la promesa de Dios para que reprenda al devorador por causa nuestra.

No importa como Satanás venga en contra nuestra y en contra de nuestros recursos, necesitamos equiparnos para derrotarlo, podemos diezmar y podemos orar.

Nuestra obediencia en el diezmo le da el poder de la palabra de Dios a nuestra oración.

La desobediencia siempre limita el poder de la oración y nos hace vulnerables al enemigo.





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